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El amor entre adolescentes

Ella tenía 11 años, él 12. Y se daban besos con sabor a cloro debajo del agua de la piscina, no fuera a verles alguien, los muy tontos. Seis años después, ella perdía la virginidad con otro, durante el viaje de fin de curso. «No estabas centrada», le recriminó el otro al rematar la faena en un aparta-hotel de Torremolinos. «Estaba en la piscina», contestó ella. Así que la pregunta es: ¿con quién lo hizo por primera vez Maribel?

Maribel dice que el amor no sólo se hace con lo genitales. Vale, pero hay que recordarle que aquí nadie ha mentado el amor... todavía. Si acaso, hablamos de experimentos, chapuzas, curiosidad, subidones hormonales y calenturas. De algo parecido al sexo, que no al amor. De la primera vez. Bienvenidos a la ceremonia de la confusión.

«Descubrir el sexo a través del amor es lo más bonito que te puede pasar. Lástima que ese amor se consuma en diez minutos». Alicia estuvo enamorada hace dos años de José Ramón, y ahora va de cínica por la vida. La espontaneidad de sus 15 años le procuró un aquí te pillo, aquí te mato tan fogoso como descorazonador. «¡Bluff! Fue como cuando se desinfla un globo. Se perdió todo el rollo. Pero bueno, yo le quería y él me quería; teníamos que hacerlo. Estuvo bien».

Adolescencia, edad de la urgencia. Lo quiero todo y lo quiero ya. Sin embargo, con la fría estadística en la mano, parece que hoy hay menos prisas. Según el último informe del Instituto de la Juventud (Injuve), el 44% de los jóvenes españoles no ha mantenido nunca relaciones sexuales completas; un 10% más que hace cuatro años. La pragmática Alicia saca rápidas conclusiones: «Calentón sí, coito no, claro. El manubrio gana la partida. Conste que lo entiendo; tal y como está el patio, nadie tiene ganas de complicarse la vida».

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