La noche de los Grammy sirvió para conocer las reacciones al acto de exhibicionismo perpetrado -de forma accidental, según sus autores- por Janet Jackson, con la inestimable ayuda de Justin Timberlake. «Sé que ha sido una semana dura para todos», dijo el ex cantante de N'Sync al recoger su segundo Grammy de la noche al mejor cantante pop. «Lo que pasó fue algo no intencionado, completamente deplorable y pido disculpas por si alguien se ha ofendido». De esta forma, asumía su parte de responsabilidad cuando arrancó, en pleno intermedio de la Super Bowl, parte del vestido de Janet Jackson, dejando al descubierto su pecho derecho.
Timberlake, que apareció comedido y enfundado en un traje y corbata, fue el único que hizo acto de presencia del dúo provocador del conflicto moral que ha sacudido las raíces más puritanas del país.
La mayoría de los invitados optó por mantener las curvas a buen recaudo, quizá presionados por la decisión de la CBS de emitir el acontecimiento en diferido. Algunos presentadores también forzaron a la audiencia a centrarse en lo que se estaba celebrando en el Staples Center de Los Angeles. «Están siendo flagelados por ello», dijo Pharrell Williams en referencia al escándalo de Janet aprovechando su momento de gloria en el escenario. «No se habría recibido ni la mitad de quejas si los medios no estuvieran poniéndolo en todo momento», continuó. Según la FCC (Comisión Federal de Comunicación), se recibieron unas 200.000 quejas de un total de 90 millones de telespectadores que vieron la Superbowl.
Otro cantante que se mostró crítico con todo el escándalo fue Dave Matthews. «Me sorprende que alguien se escandalice de ver una teta fuera de National Geographic», dijo a los periodistas.«Es sorprendente que se pueda hacer un escádalo tan grande de una cosa tan pequeña. A mí no me parece que merezca tanta atención».
«Janet tendría que haber venido», insistió P. Diddy al entrar en la ceremonia. «Estoy contento de que mis hijos hayan visto la teta de Janet Jackson», añadió en la sala de prensa. «No creo que queden marcados de por vida».
Otros invitados se lo tomaron más a la ligera, como el director Quentin Tarantino, que antes de salir a presentar el Grammy al mejor album de rhythm & blues contemporáneo, que se llevó la gran triunfadora de la ceremonia, Beyoncé Knowles, bromeó con su chaqueta ante las cámaras. Lo mismo que Dave Navarro, del grupo Spread, que acompañado de su flamante esposa, la explosiva Carmen Electra, se mostró dispuesto a ser inmortalizado en un momento Janet. Sólo ellos se salieron del guión con ironía.