24 marzo 2014

Código descuento Letsbonus

La firma estima que en total estas fiestas más de 14,5 millones de españoles han acudido a la Red a buscar los regalos, un récord que se debe, entre otros fenómenos, al estreno de Amazon en España. El portal estadounidense ocupa la segunda posición en la lista de comercio electrónico en España, sólo por detrás de El Corte Inglés. El tercer y cuarto puesto son para portales de ofertas grupales y cupones, Letsbonus y Groupon.

El sistema que siguen todos estos portales de ofertas es parecido. Contactan con comercios locales y les ofrecen diferentes posibilidades promocionales.

Una cafetería, por ejemplo, puede ofrecer un café y bollería por la mitad del precio habitual; una peluquería una sesión a un 70% de descuento. El dinero ingresado con la oferta se reparte a partes iguales entre el portal de ofertas y el comerciante. Esto supone para el comerciante un ingreso, a lo mejor, de sólo la cuarta parte (la cantidad varía según la oferta) de lo que está acostumbrado a recibir, pero a cambio obtiene una visibilidad mayor y llega a nuevos clientes potenciales. Funciona sobre todo como una herramienta promocional y de captación.

Letsbonus es el mayor portal de compra grupal de nuestro país, y también la cara española del segundo mayor de Estados Unidos, LivingSocial, con el código promocional Letsbonus en España.


En enero del pasado año compró una participación mayoritaria en esta empresa, fundada en Barcelona en 2018 por Miguel Vicente y que cuenta con más de 200 empleados y oficinas en Barcelona, Madrid, Valencia, Roma, Milán, Lisboa, Buenos Aires y México. Ofrece ofertas de hasta el 70% sobre algunos objetos y productos, uno de los mayores descuentos en este tipo de redes de compra grupal y de cupones.

Categorías como masajes, belleza, restaurantes y en general, «experiencias» (viajes, excursiones...) son las más solicitadas y las que mejor partido pueden sacar de esta fórmula.

22 marzo 2014

A los hombres y a las mujeres no les hace gracia las mismas cosas

Es posible que una falta de autoestima lleve a hombres como Bush a creerse graciosos y hasta seductores, pero, desde luego, no es ese tipo de varones el que conquista a una mujer. El psicoterapeuta Raúl Padilla opina que "el hombre con la autoestima muy asegurada es el único que puede tener un buen sentido del humor, porque la imagen que proyecta siempre va a ser muy firme. La seguridad en uno mismo y la autoestima son valores que busca la mujer en una pareja".

Sin embargo, no siempre los hombres divertidos han actuado como imán para las mujeres. Como cuenta Hermida, "en otras etapas históricas no haría falta que el hombre fuera gracioso. 

En la Edad Media, por ejemplo, hubiera sido un atributo innecesario, porque lo que importaba era poseer una fortaleza física que garantizara que la familia no iba a pasar hambre. Hoy, ese aspecto físico es mucho menos relevante, ya que en nuestra actual sociedad competitiva y desapacible, el hecho de tener al lado a una persona inteligente ya te indica que va a ser capaz de ganarse la vida, y al ser inteligente te está aportando también el sentido del humor".

Lo que está claro es que a los hombres y a las mujeres no les hacen gracia las mismas cosas, como se ha puesto de manifiesto en un reciente estudio dirigido por la catedrática de Bioquímica y Biología Molecular, Natalia López Moratalla. Se trata de un proyecto de investigación compuesto por una serie de vídeos y titulado Los secretos de tu cerebro. 

"En el capítulo denominado El cerebro feliz se muestra que existe un mecanismo de la risa común para ambos sexos, pero a los hombres les basta con que algo sea absurdo para que les haga gracia, mientras que las mujeres necesitan que ese hecho absurdo desencadene una respuesta emocional, es decir, que se activen las áreas cerebrales ligadas a los sentimientos, los recuerdos, los detalles...", explica la catedrática Natalia López, quien define el sentido del humor como "algo que va más allá de la risa, algo que te viene a decir, en definitiva, que todo tiene remedio, que se pueden superar las cosas que nos van ocurriendo. 

Para una mujer, eso es lo que marca la diferencia cuando convives con alguien". Así que, si no tiene pareja, ya sabe: busque, compare y si encuentra a alguien más gracioso, cómprelo.

20 marzo 2014

Los hombres feos también ligan

¿Y si nos encontramos con un hombre divertido e inteligente, pero carente a primera vista de atractivo físico? ¿Podrá conquistar a las mujeres con la única arma de un atinado sentido del humor? 

Pues parece que sí, porque actores poco agraciados como Adam Sandler, Jack Black, Russell Brand y Jim Carrey gozan de gran éxito entre el sexo femenino, y no podemos olvidar al gran actor francés Gerard Depardieu, uno de los rostros menos favorecidos de la gran pantalla, pero dotado de un carisma y un sentido del humor que le han permitido conquistar a mujeres bellísimas como la actriz Carole Bouquet o la modelo Karine Sylla.

También en España tenemos nuestra cuota de personajes que no destacan por su físico, pero que cuentan con el humor como arma de seducción. "Yo no soy guapo, evidentemente, pero creo que en ciertas ocasiones mi sentido del humor me ha permitido tener acceso a alguna mujer a la no me podría haber acercado de no haber sido un tipo divertido".

Así lo reconoce Enrique San Francisco, uno de los actores con más vis cómica de la escena española, demostrando que no hace falta ser un adonis para participar en el juego del amor. Ya lo decía Platón allá por el siglo III a.C.: "Muchas veces ayudó una broma donde la seriedad solía oponer resistencia".

Para San Francisco, "el sentido del humor es importante, porque lo que debe de ser terrible es tener un hombre aburrido al lado. Yo soy bastante cachondo, pero no me considero un graciosillo, sino un tío divertido, que es lo que les gusta tener al lado a las mujeres", añade el actor, quien precisamente está ahora trabajando en la obra, Se quieren, donde se tratan en clave humorística las relaciones de pareja y los conflictos que generan.

Esta querencia femenina por los hombres con chispa la corrobora la también actriz Rebeca Valls, que ha participado en series como Amar en tiempos revueltos, Hospital central, Aquí no hay quien viva o en obras teatrales como Monólogos de la vagina: "Los hombres con sentido del humor, divertidos, resultan más atractivos para las mujeres y son, desde luego, los que me gustan a mí. Cuando un hombre es divertido lo primero que hace es reírse de sí mismo y eso es muy inteligente, porque a partir de reírte de ti mismo, puedes reírte con el otro. Y yo creo que reírte con un hombre en todo tipo de situaciones, en la cama, en el día a día, en el desayuno, es maravilloso".

El caso es que la importancia del humor como instrumento de seducción en manos de los hombres no es solo una percepción subjetiva de la mente femenina. Una investigación llevada a cabo en 2009 por científicos de la Universidad Northumbria, en Reino Unido, reveló que el sentido del humor resulta un arma poderosa en la conquista de una mujer porque es una demostración de inteligencia del varón. Según el estudio, presentado en la Conferencia Anual de la Asociación Británica de Psicología, la apariencia física pasa a un segundo plano cuando las mujeres se enfrentan a hombres abiertamente divertidos, sugiriendo que estos serían mejores proveedores y padres. Además, las mujeres califican como más inteligentes y honestos a los hombres divertidos porque causar gracia supone una actitud positiva que da cuenta incluso de una buena salud mental.

De la misma opinión es el consultor de comunicación Jose Hermida, quien afirma que "las personas que no son inteligentes tienden hacia un humor físico y brutal y les hacen gracia cosas como ver a una anciana resbalando con una piel de plátano. Tienen un sentido del humor infantil, ese que hace que los niños se rían con cosas como la caca y los porrazos. Un hombre con este humor le está diciendo a la mujer que es un crío y un payaso, mientras que la persona realmente inteligente tiene rapidez mental y resulta divertida por sus ocurrencias ágiles, lo cual denota inteligencia".

De forma que se puede ir de gracioso por la vida sin que ello sea síntoma de inteligencia y podemos encontrar un buen ejemplo de esto en una anécdota protagonizada por el presidente estadounidense George Bush. En 2004, tras la constatación de que en Irak no había armas de destrucción masiva, el mandatario reunió a un grupo de periodistas en la Casa Blanca y les mostró unas diapositivas en las que se burlaba de sí mismo y de otros miembros de su Gobierno. En una imagen podía vérsele mirando debajo de un mueble y exclamando: "Esas armas de destrucción masiva tienen que estar en alguna parte". 

En otra imagen aparecía diciendo: "¿Tal vez aquí abajo?". Su popularidad cayó en picado al día siguiente y comentan que hasta su propia esposa, Laura, le recriminó esa exhibición de mal gusto sobre un conflicto que costó miles de muertos y destrozó un país. Quizá Bush no hubiera logrado conquistar a Laura si hubiera mostrado ese patético conato humorístico cuando se conocieron, ya que ella había declarado que lo que la enamoró en su momento de él fue "su gran sentido del humor, su energía desbordante y su inquietud". O es que a lo mejor la esposa del presidente pertenece a esa categoría de mujeres -que también las hay- que no saben diferenciar entre un hombre con humor zafio y otro auténticamente divertido.

18 marzo 2014

A ellas les gustan los pagafantas

¿Diría usted que el futbolista Cristiano Ronaldo es un hombre gracioso? A primera vista, ni siquiera sus seguidores más incondicionales lo calificarían de ello , pero en algún recóndito lugar de su persona debe esconderse una faceta divertida que es la que le ha permitido conquistar a la guapísima modelo Irina Shayk. O, al menos, eso es lo que ella dice: "Mi hombre ideal tiene que tener sentido del humor y ser inteligente y elegante". Y, como su relación con el futbolista parece ir viento en popa, debe de ser verdad eso de que Cristiano consigue alegrarle el día a la belleza rusa.

Otra supermodelo, Cindy Crawford, también se deja seducir por medio del humor, pues como ha reconocido recientemente se sintió atraída por su marido, Rande Gerber, debido a su carácter divertido: "No es el típico payaso de la clase, pero de vez en cuando dice algo que realmente me hace reír", asegura.

Por su parte, Selena Gómez, la novia de Justin Bieber, también confiesa rendirse ante un hombre gracioso: "Justin siempre me cuenta cosas muy divertidas. Es genial y hace que se me caiga la baba". Si seguimos buscando podemos encontrar numerosas declaraciones de féminas guapas y famosas enamoradas de hombres graciosos. 

Claro que siempre nos podría quedar la duda de si el atractivo reside realmente en el humor o en factores como el dinero o el aspecto físico. El escritor y consultor de comunicación José Hermida, autor de Confucio y la máquina de café asegura que "estas mujeres famosas que dicen que lo que le piden a un hombre es sentido del humor están diciendo la verdad, sin duda alguna. 

Y no son solo ellas; no hay más que echar una ojeada a los sitios web dedicados a la búsqueda de pareja para comprobar que las mujeres, cuando buscan una relación seria, señalan que el posible compañero debe tener sentido del humor".

Pero, ¿es lo mismo ser un hombre gracioso que tener sentido del humor o que ser divertido? El psicoterapeuta Raúl Padilla, del gabinete psicológico Psicantropía, de Madrid, opina que "hay que diferenciar claramente entre estos conceptos. Gracioso es alguien que hace gracia y puede rozar el ridículo; quizá haga reír a las mujeres en situaciones puntuales, pero ellas no lo ven como un hombre válido para el papel de padre de sus futuros hijos, y debemos recordar que lo que está buscando la mujer es la mejor carga genética para la procreación".

Entonces ¿qué es lo que quieren las mujeres? Según Raúl Padilla, "buscan a un hombre divertido y ameno, pero que pueda dominar una situación. Y el humor puede lograr esto, pero no el humor absurdo, sino el humor inteligente. Divertido sería alguien capaz de seducir, y gracioso sería alguien que provoca la risa. El gracioso puede caer en el ridículo, es el pagafantas, el mejor amigo de las chicas, el más querido por ellas, y el que no liga con ninguna".

16 marzo 2014

El valor de un hombre se mide por la cantidad de soledad capaz de soportar

Alguien dijo que el valor de un hombre se mide por la cantidad de soledad que es capaz de soportar. Y no fue un torero, sino un filósofo alemán, que es aún peor. Alfonso Cuarón (México D.F., 1961) no es Nietzsche (fue él), pero no tendría ningún reparo en darle la razón. "Uno de los grandes temas de nuestro tiempo es el sentido de la soledad. Lo hemos perdido. Nos pasamos el día conectados", dice. La reflexión viene a cuenta de Gravity, la película protagonizada por una Sandra Bullock sola y en mitad del espacio exterior, y de la que él es director.

La cinta, que se estrena el 4 de octubre, va camino de convertirse desde su presentación en Venecia (donde inauguró el festival) y tras su paso por San Sebastián (donde ya ha agotado el diccionario de halagos) en la gran película del año. Sin paliativos. Y todo ello, por su capacidad para ofrecer al espectador unas reglas nuevas con las que entender un lugar nunca visitado, raro, incompresible; un sitio en el que no valen ni una sola de las herramientas mentales y físicas que estructuran y arman el mundo que habitamos por culpa de la gravedad. No hablamos sólo de un logro técnico (que también), sino cinematográfico.

"Soy un gran creyente de eso que Hitchcock llamaba ‘cine puro’. Lo que realmente importa es la experiencia cinematográfica y todo (la historia, los actores o la tecnología) no son más que herramientas para crearla", dice para quizá justificarse y, de paso, marcar distancia con alguno de los titulares que le han coronado como mesías del nuevo cine. "Nunca he hecho cine con la idea de innovar. Al revés, acabas innovando porque ésa es la única manera de conseguir lo que quieres... Pero por díos, ¡si me cuesta mandar un simple mail!". Y rompe a reír.

Sea como sea, Cuarón reconoce que la película le ha tenido detenido más tiempo del que nunca hubiera imaginado. Fue en 2006 cuando terminó Hijos de los hombres. Lo que vino después fue, primero un proyecto que cayó al mismo ritmo que surgió la crisis de 2008 y, después, una idea que acabó transformada en pesadilla. "Iba a rodar Desierto. Se trataba de una experiencia muy física en la que el espectador tendría que sentir la misma angustia del protagonista perdido en mitad de ninguna parte. Digamos que esto es lo que se mantuvo cuando decidimos trasladar ese mismo argumento al espacio", recuerda.

Cuenta que de pequeño, como todos, quería ser astronauta; que pertenece, como casi todos, a la generación que vio a Armstrong pisar la Luna, y que nunca ha tenido claro si prefería viajar al espacio o hacer cine. "La duda me la resolvió un primo mío. Me dijo: ‘Para ser astronauta tienes que ser soldado o gringo’".

–¿Se siente, como le ha señalado entre otros James Cameron, como el pionero en una nueva forma de entender el cine?

–Pienso en las películas que han marcado un antes y un después técnicamente y me siento incómodo. El cantor de jazz introdujo el sonoro y, además de ser una cinta bastante mediocre, hizo que el cine retrocediera años como lenguaje.

En cualquier caso, y sacudido el polvo de la falsa modestia, el mexicano dice sentirse halagado. "Me llama la atención el revuelo. Y más después de haberme pasado los últimos cinco años dentro de una cueva. ¿Inaugura su película un nuevo paradigma? "Quizá pueda inaugurar uno de ellos, porque lo que está ocurriendo no es un cambio de paradigma, sino el nacimiento de muchos a la vez. Vivimos un paradigma mutante. Cada cineasta y cada espectador corren el peligro de quedarse solos...". Nietzsche no lo habría dicho mejor.

14 marzo 2014

Una frase de Sandra Bullock y bastará para dejar mi encefalograma plano

Barcelona se está ‘amadrileñando’, y aprovecho la nueva moda de las viejas bodegas para tomar un vermut con un amigo. Combina elegantemente la frivolidad de un pasado como modelo y la sensibilidad de ser artista. Desde que le rompieron el corazón, colecciona desfibriladoras de fin de semana; es un Casanova. 

Dice que en su vida hay un antes y un después de Cincuenta sombras de Grey. Y eso que no ha leído el libro. Casi un millón y medio de españolas sí lo han hecho y le convierten en un amante satisfecho y perplejo, "son como las vampiras de Drácula, pero en lugar de chuparles la sangre les han chupado el pudor". Podríamos entrar en el debate de si son mujeres sexualmente liberadas o esclavas para complacer al hombre. Sin embargo, preferimos hablar de amor.

Quiero ver ‘Gravity’. Necesito no pensar y una frase de Sandra Bullock bastará para dejar mi encefalograma a cero. Voy a los cines Bosque, la cola es infinita. He leído la crítica de un físico que apuntó todas las barbaridades de la película contrarias a la teoría de la gravedad. También he leído que un periodista preguntó a Alfonso Cuarón si fue muy difícil filmar en el espacio. Voy a los Verdi, podría entrar en El último concierto, pero me pondré triste y lo que necesito es no pensar. 

Quiero ver a George Clooney con escafandra y darme cuenta de que, si el mundo es tan pequeño, nuestras penas son minúsculas y no pueden doler. Vuelvo a los Bosque. La cola de la segunda sesión es aún más larga que la anterior. Entonces recuerdo que hoy se celebra la Fiesta del Cine, y durante tres días las entradas costarán 2,90 euros. Oh, sorpresa. Resulta que cuando los precios son asequibles, la gente consume cultura y no piratea porque le gusta la pantalla grande. Por lo visto, eso de no pensar está siendo costumbre en política y economía.

Comida en La Camarga sin centro de flores y con bromas sobre Sánchez Camacho. ¿Qué pasará cuando se agote el morbo de Método 3? ¿Recuperará el restaurante a sus clientes habituales, o pagará para siempre el escándalo? Los miembros del jurado del premio El lector de l’Odissea deliberamos. Deliberar es divertido: cada uno dice lo que piensa e intenta convencer a los demás. Una de las obras finalistas vuelve a plantear el debate sobre la aparente libertad de la mujer. 

Cada una hace con su cuerpo lo que quiere para conseguir lo que le da la gana, pero ¿es ése un boicot a la igualdad? ¿Por qué debería una mujer solidarizarse con las demás? ¿Sólo por su naturaleza femenina? ¿Acaso Casanova y mi amigo modelo-artista no se aprovechan de sus cualidades para lograr un objetivo? Si el objetivo es meramente lujurioso, vale. Si es más ambicioso, no.

Preestreno de ‘Història de la meva mort’, la película de acción de Albert Serra. Me cuentan que el escritor Pere Gimferrer estaba preocupado porque Cahiers du Cinéma la definió como "radical chic", concepto acuñado por Tom Wolfe que equivale a "izquierda caviar". O sea, algo así como esteta enfant terrible. Entre los invitados a la Filmoteca, mucho hipster como Oriol Bohigas, Xavier Rubert de Ventós, Àlex Susanna, Fèlix Riera. El ex alcalde Jordi Hereu tiene plaza, pero en su asiento no está su nombre, sólo pone: "Reservat". 

La peli dura dos horas y media, y sólo seis personas se van antes de que acabe. Interpretado por Vicenç Altaió, Casanova se ríe mucho, come granadas, caga y rompe una ventana con la cabeza. Desde las sombras, Drácula grita y da mucho miedo. Hay sangre y animales descuartizados, interiores de lujo y exteriores estremecedores. Un Pasolini gótico.

Huelga general de Educación. La cifra de seguimiento ofrecida por el Gobierno demuestra que Wert y compañía no saben contar. Por otro lado, su nivel de comprensión de texto y de contexto es insuficiente. Voy a la inauguración de una nueva galería en el Born, se llama Cyan, está en la calle Fusina. Hay radical-chicas con coletas y un cuadro que me gusta. 

Es una escena doméstica: una madre y sus hijos hablan en la típica cocina americana ochentera, iluminados por dos lámparas de flores. Podría ser una escena de ET o de esas películas que marcaron mi infancia. Mi preferida era los Goonies, en la que unos niños quieren salvar sus casas de la especulación salvaje y pasan grandes aventuras. Entonces incluso los productos comerciales de Spielberg reforzaban nuestra educación. Por eso a Wert no le interesa que vayamos al cine.

Entrega del premio El Lector de l’Odissea en Vilafranca. Uno de los miembros del jurado se ausenta, pero nos vigila desde la distancia y advierte: quizá, durante la comida del martes, lo grabó todo.

12 marzo 2014

Steve McQueen le pegaba a su mujer

La falta de agallas en Hollywood es más notable que nunca. Las apuestas arriesgadas se han convertido en osadías imposibles a los ojos de los responsables financieros de los estudios, empeñados en mantener la fórmula previsible y atorrante de las franquicias, las que por algún motivo u otro nunca dejan de dar excelsos frutos en taquilla. 

Es indudable que la industria vive instalada en una era de superhéroes como recurso fácil para atraer al público al cine, de sagas escudadas en literatura banal, de poco gusto del celuloide como arte, como forma de expresión. Por eso, es sorprendente que al final de una temporada tan anodina como la del 2013 en la meca del cine, se haya producido semejante concentración de películas con ganas de hacer ruido en los Oscar. Dicen los críticos más vetustos del lugar que será una de las carreras más apretadas que se recuerdan.

De momento, y con las candidaturas de los Globos de Oro y las del Sindicato de Actores en la mano, se adivina el protagonismo de ciertas películas.

Tres de ellas, en principio, llevan marchamo de gloria y darán una idea al espectador de qué ir a ver para alimentar el espíritu en las próximas semanas. De todas, Doce años de esclavitud ha conseguido destacar entre la manada. Además, las historias de épica, libertad e injusticia racial son siempre del gusto de la Academia de Hollywood.

Pese a tratarse de una producción con parte de capital británico, la historia es americana por los cuatro costados, con actores como Brad Pitt y Paul Giamatti en el reparto, y un tipo tan osado en su cine como en su decisión de usar el mismo nombre que el de un actor legendario, Steve McQueen.

Suyas son Hunger, Shame y, ahora, la cinta protagonizada por el principal candidato a hacerse con el Oscar al mejor actor, Chiwetel Ejiofor, encargado esta vez de meterse en la piel de Solomon Northup, un hombre libre en Nueva York y secuestrado para convertirse en esclavo en la Georgia de mitad de siglo XIX. De momento, ha pasado con éxito por la temporada de festivales (desfiló por Telluride, Toronto y Nueva York, entre otros) y ahora recoge ahora lo sembrado al calor de tanta buena crítica.

No será la única película con fuerte presencia de actores afroamericanos y temática de raza. El mayordomo, de Lee Daniels, también está en esa terna de elegidas, aunque ha sido menos aplaudida por la crítica que la cinta de McQueen. Eso sí: lleva dos pesos pesados en sus entrañas que ofrecer a la Academia: sus dos protagonistas, Forest Whitaker y Oprah Winfrey, candidatos ambos a estar entre los elegidos.

Aunque para reparto, La gran estafa americana, que cada vez huele más al fenómeno que supuso El lado bueno de las cosas el año pasado, una película de actores con cierto lado oscuro y con Jennifer Lawrence como presencia in crescendo. De la actriz no se ha parado de hablar en las últimas semanas en Hollywood por su papel de Rosalyn Rosenfeld. Puede que sea un filón para David O. Rusell, el director, y para Annapurna Pictures, con Rachel Adams, Christian Bale y Bradley Cooper como opciones para colocarse entre los finalistas.

Queda la duda de Woody Allen y de Martin Scorsese, dos genios vivos del cine, con películas notables para competir. A Allen le fue de maravilla con Blue Jasmine en su vuelta a los rodajes en Estados Unidos. Y si Cate Blanchett, su actriz protagonista, no se hace con el Oscar a mejor actriz, será sólo por un milagro, de acuerdo a las últimas quinielas.

Más complejo parece el caso de El lobo de Wall Street, uno de los últimos coletazos de Scorsese y un filme con un indudable sabor a su cine, a Casino o a Uno de los nuestros. Eso cuenta a su favor; en cambio, su excesiva duración –casi tres horas–, su fuerte carga erótica y las drogas que llenan su paisaje, van en su contra. Tampoco es probable que Scorsese tenga un gran éxito en las taquillas de EEUU.

Por la misma razón, las opciones de Leonardo DiCaprio de ser un contendiente con opciones dependerá en gran medida de esa percepción. Si la Academia aplaude los esfuerzos de Scorsese, uno de sus directores fetiche, será difícil que la actuación histriónica y desfasada del californiano de 39 años no sea igualmente considerada.

También habrá notables ausencias con tanto nombre compitiendo por un puesto y tan pocas plazas. Robert Redford, de vuelta con los papeles de entidad en All is lost, podría ser uno de ellos, incluido en los Globos de Oro pero eliminado por los SAG Awards, una categoría en principio en donde suenan Tom Hanks (Capitán Philipps) y Matthew McConaughey (Dallas Buyers Club). ¿Otros contendientes? Idris Elba y Joaquin Phoenix.

También se está hablando y muchos estos días de Bruce Dern por su papel protagonista en Nebraska, cine de autor con el sello de Alexander Payne y candidata a la Palma de Oro en el pasado Festival de Cine de Cannes.

No parece tan abierta la situación en el caso de las chicas, con la mencionada Cate Blanchett como la indiscutible favorita. Muy por detrás aparecen Sandra Bullock, por Gravity, Judi Dench por Philomena, Emma Thompson por Saving Mr. Banks y la omnipresente Meryl Streep por su papel en August: Osage County.

En cuanto a los secundarios, la Academia de Hollywood tendrá también mucho de donde escoger, con la opción de que Tom Hanks también esté entre los cinco finalistas al Oscar por su papel en Saving Mr. Banks. Sería una buena medalla para la carrera de uno de los gigantes de la meca, candidato en dos categorías individuales el mismo año. A su lado estarán, probablemente, Michael Fassbender por 12 años de esclavitud, Jared Leto (Dallas Buyers Club), Barkhad Abdi (Capitán Philipps) y John Goodman, (A propósito de Llewyn Davis).

Está siendo el de este año un interminable baile de nombres, de talento que brilla entre la maleza del cortoplacismo hollywoodiense: una cosecha sorprendentemente fértil.

11 marzo 2014

El maquillaje en el hombre

Es el maquillaje del hombre, su forma de ocultar defectillos y potenciar virtudes, de dar un giro a su imagen e, incluso, de aparentar ser otro. Tras unos años de metrosexualismo barbilampiño, la tendencia llega al extremo contrario. La barba XXL de aspecto descuidado –aunque muy estudiada, casi siempre– arrasa en la pasarela y en la calle.

No hay más que echar un vistazo al elenco de celebrities que ilustran esta página. Actores, diseñadores, deportistas... Ni el mismísimo príncipe Felipe se ha resistido a la moda del vello facial. "Barba sí", afirman, sin dejar lugar a dudas, Jaime y Jorge Lucas, dos peluqueros barberos que regentan el local de moda para cualquier moderno capitalino. En el céntrico barrio de Chamberí, Lucas 36 ofrece "profesionalidad y pasar un buen rato".

"Venimos de una época anti pelo y la barba es un símbolo masculino recurrente, se puede expresar mucho con ella", explican estos dos hermanos, que cuentan que lo que más demandan sus clientes es el modelo extra largo. "La barba siempre sienta bien, puede realzar el atractivo de cualquier hombre, siempre y cuando tengamos en cuenta su pelo, sus facciones y la forma de su cara", aseguran. Con una barba de un mes, prometen hacer maravillas.

"La barba da una imagen de madurez, masculinidad e intelectualidad", según Airyn Pons, directora de image coaching de Josep Pons Internacional, una disciplina que "consiste en proyectar la imagen deseada desde el conocimiento de uno mismo, con un resultado que respete la propia esencia personal o corporativa, en caso de que el cliente sea una empresa". Es lo contrario a las modas y del esclavismo al que el ideal de belleza que proyectan los medios somete a los jóvenes.

Para ella, la barba tiene un doble rasero: por un lado ayuda a proyectar una sensación de madurez, de ser más adulto –"por ejemplo, en el caso de un médico joven, le hará parecer más experimentado", pero a partir de los 30 rejuvenece–, aunque también se puede interpretar como un signo de timidez. "En el ámbito laboral, estamos más acostumbrados a ver barbas más tupidas en profesionales creativos, que pueden aportar un toque de profesionalidad distintiva, pero en ciertos sectores no están bien vistas porque la firma pretende ofrecer una imagen uniforme", afirma Pons.

A todo el mundo le puede quedar bien la barba, según los expertos, pero no cualquier tipo de barba. Y es que en esto, como en todo en el mundo de la estética, las posibilidades son casi infinitas. La base, a la hora de elegir, es la forma de la cara. Una barba larga afila el rostro, así que para rostros redondeados es mejor elegir una en uve o una perilla en pico. Las caras más angulosas se pueden suavizar cubriendo los pómulos y el maxilar, y las alargadas necesitan que se aporte un ligero volumen y se potencien las líneas horizontales.

07 marzo 2014

Los universitarios son los más solidarios

La etapa universitaria está llena de cambios y desafíos, y a menudo los jóvenes dan una imagen egoísta y desinteresada hacia los problemas sociales que tienen lugar a su alrededor. Sin embargo, son muchos los que eligen emplear su tiempo libre en ayudar a los demás, cada vez más.

No en vano, el 92% de las universidades españolas promociona las acciones de voluntariado entre sus alumnos a través de departamentos específicos orientados a la actividad solidaria, y el 90% de ellas vio incrementarse el volumen de voluntarios en el pasado curso, según el estudio realizado por la Fundación Mutua Madrileña en 60 centros españoles, en el marco de sus I Premios al Voluntariado Universitario.

De entre las 50 candidaturas presentadas, el proyecto ganador ha sido el Centro Social Cachivache, ubicado en el madrileño barrio de Carabanchel. Nació hace 15 años de la mano de un grupo de estudiantes de Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid, y desde entonces brinda actividades de apoyo escolar y de ocio y tiempo libre a los niños de esta zona humilde de la capital.

"Al principio trabajábamos en locales cedidos por las parroquias. Ahora, gracias a la cuotas de los asociados y a las actividades de los voluntarios, tenemos nuestro propio local", cuenta José Antonio Rey, que participa en el Centro Social Cachivache desde hace siete años.

Todas las tardes, entre semana, los menores carabancheleros acuden al local a hacer los deberes. "La mayoría de los voluntarios somos universitarios o acabamos de terminar nuestros estudios, así que no nos resulta difícil ayudarles con sus tareas", afirma Rey. "Aunque nuestra idea es que el Centro esté abierto 24 horas, solemos funcionar más por las tardes, porque por las mañanas estamos en clase, y en época de exámenes estamos en servicios mínimos", reconoce.

En verano, estos jóvenes organizan un campamento urbano para los menores. Gracias a los 5.000 euros del premio, este año pasarán 15 días en Ávila. "Para muchos niños, es una de las pocas oportunidades de salir de Madrid", apunta Rey.

"Cachivache representa los valores y cualidades que queríamos transmitir con estos premios: combina los esfuerzos por mejorar la educación de los beneficiarios con la ayuda en sus necesidades básicas, mediante el acuerdo que mantiene con el banco de alimentos, así que tiene un impacto real en las vidas y el futuro de los niños", explica Lorenzo Cooklin, director general de la Fundación Mutua Madrileña.

Los galardones han repartido un total de 25.000 euros entre seis iniciativas, casi todas con su objetivo solidario puesto en el entorno más inmediato. Es el caso del 78% de las acciones de voluntariado universitario.

Pero algunas, en colaboración con ONG ajenas al mundo académico, traspasan las fronteras nacionales. Es el caso del proyecto Por un futuro más digno: acercando la sanidad universal a Kiongwani, de la Organización María Salus Infirmorum, con la que, cada verano decenas de estudiantes de Medicina de la Universidad de Navarra viajan al poblado keniata para impulsar una mejor atención sanitaria.

Begoña Gastón ha participado durante tres años seguidos en la experiencia, y destaca que ha visto "cómo todo esfuerzo tiene su recompensa". "Empezamos atendiendo en una habitación pequeña de la casa de los voluntarios y hoy nuestro centro se considera el mejor de la región", cuenta.

Todos aseguran que, ante la falta de financiación pública de los proyectos de voluntariado universitario, la iniciativa de la Fundación Mutua Madrileña es un empuje para una actividad que "requiere un gran esfuerzo y sacrificio, pero devuelve mucho más de lo que das", subraya Rey.

05 marzo 2014

A ver que se lleva este invierno

La pregunta más común que todas hacemos a estas alturas del curso, la más repetida año tras año, casi nunca tiene, paradójicamente, una respuesta concreta. Es pronunciar el ¿qué se lleva este invierno? y escuchar un resoplido de las expertas en moda, de esos que significan ¡qué horror!, a ver por dónde empiezo. Se lleva TODO. O casi. 

Así que lo más operativo suele ser sonsacarles a bocajarro las piezas que tienen más probabilidades de saltar de la pasarela a la calle: ¿Los botines?, sí, cortos, a la altura del tobillo. Entonces, ¿ya no se llevan las botas altas?, sí, sí, pero más largas de lo habitual, hasta el muslo, como si fueran ‘leggings’. 

Los abrigos: ¿militares o envolventes?, ambos, pero sobre todo las capas. ¿Los tejidos de flores o con dibujos geométricos?, todos los ‘prints’ y, por descontado, las rayas marineras… Porque intentar descifrar sin guía las tendencias que se presentan cada temporada puede producir un empacho de información difícil de digerir. En realidad, nos conformamos con saber cuáles van a ser las tres o cuatro prendas clave y los accesorios que actualizan el armario con su sola presencia o combinados con los básicos atemporales que ya tenemos. 

Hemos hecho ese ejercicio de selección con la etiqueta ‘made in Spain’ en un reportaje de moda protagonizado por la top Alejandra Alonso –una de las grandes modelos españolas instalada en Nueva York–, que respira un cierto aire ‘grunge’.

Y digo deliberadamente "cierto aire" porque aunque es el estilo que arrasa este otoño, y que la mayoría de las llamadas ‘it girls’ del planeta adoptaron nada más quitarse el biquini (como no podía ser de otra manera), hay que acercarse a él con prudencia para no caer en el despropósito. 

Pasemos pues por un bonito tamiz la estética desaliñada que ya triunfó en la moda de principios de los 90 para revisitarlo con una nueva mirada, más femenina y ‘sexy’. Hay elementos de su ADN que se pueden adoptar sin riesgos, enormes camisas escocesas de franela, sudaderas o botas de suela gruesa. 

Pero la temporada es mucho más que eso, no hay que perder de vista los trajes masculinos, los minivestidos y las blusas estampadas. Unos ojos maquillados como el carbón y la melena suelta de aspecto mojado y premeditadamente despeinada harán el resto. Septiembre es el mes de la moda por excelencia, disfrutemos de toda la creatividad de los diseñadores españoles que están subiendo estos días a las pasarelas sus propuestas para el verano 2014. Nos van a hacer soñar de nuevo, seguro.

... y esta semana os recomiendo

Es una de las estrellas de la rentrée. Amplia, fácil de llevar y rejuvenecedora. Y no solo para el fin de semana. ¿Qué más se le puede pedir? Esta es de Maje.

Las papelerías siempre han sido mi debilidad: libretas, papel de cartas, sobres forrados… Ningún mensaje de móvil puede suplir el encanto de un tarjetón escrito a puño y letra. En Invitarte te animarás a recuperar el género epistolar.

04 marzo 2014

El empeño de las mujeres de ir contra natura

Dos meses después de dar a luz sigo con más kilos de los que tenía, mis caderas aún no me dejan meterme en mis queridos vaqueros skinny y mi musculatura está lejos de ser lo compacta que era. Nada de cuerpo estiloso. 

Nada de músculos abdominales marcándose bajo una piel sin un gramo de grasa. Nada de huesos de la pelvis sobresaliendo puntiagudos a cada lado de mi cadera. 

Nada parecido al cuerpo de la profesora de fitness noruega Caroline Berg. Cuatro días después de dar la luz, la esposa del futbolista Lars-Kristian Eriksen se ha fotografiado en ropa interior sin rastro de embarazo. 

Caroline es todo músculo esculpido. Junto a la imagen, la joven de 26 años ha escrito lo que muchas mujeres se han tomado como un insulto: "Me siento tan vacía, y eso que aún no se han cumplido ni cuatro días desde que di a luz".

Qué pena esta peligrosa y estúpida carrera de algunas famosas por borrar de su cuerpo en tiempo récord cualquier rastro de embarazo. Algunas incluso se someten a cesáreas programadas a las que asiste también un cirujano plástico para dejarlas como nuevas antes de que se despierten de la anestesia. 

Estas mujeres serán premiadas con halagos en los medios de comunicación: "La modelo está espléndida seis semanas después de dar a luz" o "la actriz pasea por Madrid embutida en unos leggings de escándalo como si no hubiera sido madre". Si no consiguen esa recuperación-milagro (y se acercan al promedio de las mortales) entonces no hay piedad con ellas: "Todavía le queda peso por perder", "se nota que va fajada de arriba abajo" o "ese vestido no es adecuado para los kilos de más". 

Las mujeres no deberíamos entrar en esta competencia ridícula por contradecir a la naturaleza nada más dar a luz. La grasa está ahí para que la leche alimente al bebé, y nuestro cuerpo tardará un año en recolocarse. Forzarlo demasiado puede ser nocivo no solo para la salud física sino también mental. Por cierto, la fotografía de la profesora de fitness tiene 30.000 me gusta en Instagram. Y subiendo.