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Mostrando entradas de diciembre, 2013

Roberta Armani es zamba

Hay quien piensa que, si mi tío es Giorgio Armani..., mi padre debe ser Emporio", bromea Roberta Armani (Bolonia, 1970) cuando irrumpe en el hall del Hotel Santo Mauro de Madrid. La estancia, profusamente decorada y tapizada, languidece ante la poderosa presencia de la directora Internacional de Relaciones Públicas de Giorgio Armani, que, alta, vestida de negro y con un envidiable melenón leonino, aprieta la mano del interlocutor y mira a los ojos con firmeza.  Transmite confianza, don necesario si de meterse en el bolsillo a celebridades internacionales de la talla de Tom Cruise se trata. Leonardo DiCaprio, David Beckham (con quien los tabloides británicos llegaron a insinuar un romance, tajantemente desmentido por la interesada) o la princesa Charlene de Mónaco forman parte de su círculo de clientes y amigos, como "Álex González, Blanca Suárez o Miguel Ángel Silvestre". Con ellos departió en la fiesta de inauguración de la flamante boutique de Emporio Armani en

Alaska y Mario Vaquerizo la nueva pareja de moda

Como a la Ley Electoral, a nuestra ya tradicional encuesta veraniega sobre los personajes más o menos apreciados por los españoles le hacía falta una reforma. Un lustro después de aquel primer sondeo (en el que triunfaron de largo Íker Casillas y la Reina Sofía frente a Julián Muñoz y Ana García Obregón), ya es oficial: los votantes han podido posicionar a sus candidatos –a través de www.elmundo.es– en un sistema de listas abiertas que ha deparado más de una gran (y hasta magna) sorpresa. La primera y sintomática: los Reyes y el Príncipe Felipe se han esfumado por completo de los rankings, para bien y para mal. Cierto que, desde 2011, la Familia Real había ido perdiendo su predicamento, pero esta vez su ausencia se siente clamorosa. El último annus horribilis de los Borbones parece que también les ha pasado factura en popularidad, aunque lo curioso ya no es tanto que no cuenten entre los más queridos como que ni siquiera se los tenga en cuenta en el top antagónico. ¿Indiferencia

El guarda espaldas de Lady Gaga

Atendía a todo tipo de personajes, independientemente de su profesión, sexo o raza. Desde el ex presidente sudafricano Nelson Mandela hasta la estrella Rihanna pusieron su seguridad a cargo de Norman Oosterbroek, uno de los guardaespaldas más cotizados. Siempre cercano al lujo, falleció en circunstancias extrañas el 2 de septiembre al ser objeto de una descarga eléctrica por parte de la policía de Miami. El suceso se produjo en una de las viviendas aledañas a su casa. Según las autoridades, Oosterbroek saltó la valla de la mansión de una de sus vecinas –en el lujoso barrio de Cutler Bay States– y trató de colarse en el domicilio. Cuando la propietaria se percató, ella y su marido la emprendieron a golpes contra el enorme guardaespaldas –que medía 1,95 y era apodado El gigante holandés– y llamaron a la policía. Oosterbroek había irrumpido completamente desnudo. La versión oficial sostiene que los agentes se vieron obligados a disparar sus dispositivos taser –pistolas eléctricas–

Todos los James Bond que hemos tenido

En su ensayo sobre 007, Fausto Antonini sostiene que Bond libera al espectador de su propio instinto de muerte. El agente, con licencia para matar en aras del bien total, puede matar porque puede morir.  La rabia del espectador por sus propios fracasos, así como por la fuerza y brillantez de Bond, le genera un instinto destructor canalizado a su vez a través del espía. Asimismo, el doble yo de Bond (gris vendedor de cara a la galería, agente imbatible durante sus misiones secretas) conforta al espectador que cree que su mejor lado, como en el caso de 007, es el que permanece oculto. Huérfano desde niño, sometido a un padre literario todopoderoso y castrador (Fleming), condenado a no disfrutar del amor duradero de ninguna mujer, desdoblado en multitud de hombres diversos y obligado a salvar al mundo de sus males y a nosotros de nuestros fantasmas a golpe de pistola, es comprensible que Bond vaya por el mundo haciendo oídos sordos a la realidad.  Tras décadas dando el do d

La verdadera historia de James Bond

El progenitor, a través del hijo, había alcanzado la gloria y la inmortalidad. El hijo, en una maniobra edípica, había hecho todo para agradar y parecerse al padre (Fleming llegó a ser comandante en el Departamento de Inteligencia Naval Británica de la Marina Real) y de ese modo estar legitimado para llevarse a la madre.  Pero ni por esas. Papá Fleming se encargó de privar al pequeño James en sus novelas no solo de una madre, sino de esposa y de cualquier mujer a la que amar y por la que ser amado más allá de la duración de sus misiones. A pesar de sus canas, Bond ha tenido solo dos grandes y fugaces amores: Vesper Lynd y Tracy di Vicenzo.  La primera, doble agente, le traicionó para luego suicidarse, carcomida por la culpa. La segunda, aristócrata, es la única señora Bond hasta la fecha, pero lo fue por cuestión de minutos: nada más terminar la boda, fue herida de muerte por una bala destinada a su marido. Aparte de ellas, el currículum amoroso del agente se limita a tórrid

La infancia de Bond fue traumática

Los padres de Bond, de clase social acomodada, murieron en un accidente de montaña cuando era niño. Entonces quedó a cargo de una tía, que muere también algunos años después. "La infancia de Bond es traumática, llena de pérdidas violentas y repentinas, seguida de una educación exigente, con normas y disciplina, donde el afecto queda desalojado. Sin embargo, esas pérdidas traumáticas esenciales subyacen con toda su carga de dolor y rabia, y salen a la superficie en un 007 omnipotente, controlador, seductor y hasta legitimado con una licencia para matar", aclara la psicoanalista Aurora Dezcallar.  Por su parte, Rosa Martín, experta en tratamiento de patologías mentales y del comportamiento, considera que "Bond ha sido entrenado aprovechando su parte obsesiva en detrimento de la introspectiva, para ejecutar y estar en guardia constantemente. Su drama personal no lo ha convertido en patológico sino en operativo para su trabajo y la sociedad". La esmerada educ