En la lista de nominaciones a los Premios Goya ha desaparecido misteriosamente la mejor película española del 93, la apuesta más brillante y arriesgada, la locura esperpéntica de devolver la vida al Generalísimo Franco para que nos eche una incómoda partida al mus. Francisco Regueiro, que tampoco es candidato a la mejor dirección, depositó en Madregilda sus sueños, sus fantasmas, los miedos que le sobreviven más allá de la tumba del Valle de los Caídos. Hizo la película más creativa y personal del año, pero no ganará el Goya. Tal vez su soldadito de plomo, su caudillito Echanove, compense la injusticia. Otro dictador ha resucitado este año por deseo de otro rojo de toda la vida. García Sánchez ha dado nueva voz al feroz tiranuelo Santos Banderas. El film puede darle a Gurruchaga un Goya por su virrey mariquita (por cierto, enfrentado a otro personaje homosexual, el interpretado por Echanove en Mi hermano del alma, que repite nominación). El ganador debe ser el heterosexual Fernand
Todo acto de bondad es una demostración de poderío.-