Última comida que escogen los condenados a muerte.-

John Wayne Gacy asesinó y violó a 34 niños y adolescentes, entre 1972 y 1979, siendo ejecutado a la edad de 52 años con una inyección letal en el Centro Correccional Stateville de Illinois, en el año 1994. 

Su última cena fue pollo frito Kentucky, judías cocinadas en salsa de tomate picante, patatas fritas, un batido de chocolate y fresas (que no se le sirvieron).

La pena de muerte sigue siendo legal en muchos países del mundo, como Afganistán, China, Corea del Norte, EE.UU, India, Egipto, Irán, Japón, Pakistán Zambia, Sudán y otros tantos. 

En los estados de EE.UU., los condenados tienen derecho a pedir una última cena, acorde siempre a un presupuesto máximo. En Florida concretamente las últimas cenas deben de tener alimentos que puedan ser adquiridos a nivel local y no cuesten más de 40 dólares. 

El alcohol no les está permitido. Los presos pueden presentar la solicitud de lo que desean comer dos días antes de su fecha de ejecución. 

La comida es llevada a la celda del preso unas horas antes de su muerte. En Virginia la comida tiene que ser realizada por lo menos cuatro horas antes de la ejecución. Lo que más suelen pedir es una hamburguesa con queso y patatas fritas. La carne, los helados y el pollo frito, son también comunes.


Lewis Gilbert asesinó a un guardia de seguridad y a dos ancianos. Fue condenado a muerte y le dieron un cóctel letal de drogas en la Penitenciaria del Estado de Oklahoma en el año 2004. 

Su última cena fueron 2 tarrinas de helado de vainilla y varios cucuruchos:


Timothy McVeigh de 33 años de edad, fue condenado a muerte por 168 cargos de asesinato en Indiana y ejecutado con inyección letal en el año 2002. Su última cena fue un kilo de helado de menta con trocitos de chocolate:


Thomas Treshawn Ivey fue condenado a muerte por matar a un empresario y a un policía, en 1994. A los 33 años de edad se le administró una inyección letal en el Instituto Correccional de Broad River en Carolina del Sur, en el año 2007. Pidió un donut y un batido de chocolate:


Ricky Ray Rector de 42 años, condenado a muerte por 2 asesinatos, fue ejecutado con inyección letal en 1993 en Arkansas. Su última cena fue un filete, pollo frito, zumo Kool-Aid de cereza y de postre pastel de nueces. El pastel de nueces se lo reservó "para más tarde", según le comunicó al guardia que le acompañaba.


Gary Mark Gilmore cometió dos asesinatos y varios robos en Utah. Su caso consiguió repercusión internacional por haber pedido, el mismo, la pena de muerte. Fue fusilado en la Prisión Estatal de Utah, en 1978. La cena que pidió, consistía en seis huevos duros, pan y café. Sólo se bebió el café. Tenía 35 años.


Ronnie Lee Gardner, 49 años de edad, condenado a pena de muerte por robo en varias casas y 2 asesinatos. Fusilado en el año 2011 en Utah. En su última cena tomó cola de langosta, filete, pastel de manzana y helado de vainilla. Mientras comía, estuvo leyendo la trilogía de El Señor de los Anillos.


Louis Jones Jr, ex-sargento de las fuerzas especiales de los Estados Unidos, fue declarado culpable del secuestro, violación y asesinato de una compañera de las fuerzas especiales, de 19 años de edad, en Indiana. Fue ejecutado en el Complejo Federal Correccional Terre Haute de Indiana, en el año 2004. Su última cena consistió en una selección de frutas variadas.


Theodore Bundy, de 44 años de edad, condenado a pena de muerte por violación, necrofilia, fuga de la cárcel y 36 asesinatos. Ejecutado en la silla eléctrica en 1990, en Florida. Declinó elegir una cena especial y le dieron la última cena tradicional: filete poco hecho, huevos fritos, patatas fritas en tiras, tostadas con manteca y jalea, leche y un zumo de naranja.


James Hudson asesinó a una pareja de 65 años de edad con una escopeta, con el antecedente de haber disparado al hermano de uno de ellos con la mismo arma dos años antes. Fue condenado a muerte y ejecutado en el Centro Correccional Greensville de Virginia, en el año 2005. Como última cena pidió una galleta cream-cracker y seis Coca Colas.


Eddie Lee Mays, condenado a muerte por robo y asesinato, fue matado en la silla eléctrica en el Correccional de Sing Sing de Nueva York, en 1964, a los 33 años de edad. Como último deseo rechazó la cena y pidió un paquete de cigarrillos Pall Mall y una caja de cerillas.


Stephen Anderson, 50 años, condenado a muerte por robo en casas, agresión, fuga de la cárcel y 6 cargos por asesinato. Fue ejecutado mediante inyección letal en el año 2003, en California. Para su última cena pidió dos sandwiches de queso a la plancha, queso cottage con rábano y maíz, pastel y un helado con chips de chocolate.



Jackie Barron Wilson, culpable de violar y asesinar a la niña Maggie Rhodes de 5 años, condenado a muerte y ejecutado con inyección letal en la Penitenciaria del Estado de Texas, en el año 2007. Su última cena fue una cebolla cruda, 2 coca-colas y un paquete de chicles.


Allen Lee Davis de 53 años, condenado por robo y 3 asesinatos a la silla eléctrica en Florida, en el año 2000. Su última cena fue: cola de langosta, patatas fritas, camarones fritos, almejas fritas y dos rodajas de pan de ajo.


Victor Feguer, asesinó en Iowa en el año 1964, fue condenado a muerte por dicho asesinato. Siempre juró ser inocente. Como última cena pidió una aceituna. Segun él, al comer la aceituna, un olivo nacería de su cuerpo como símbolo de paz. Imagino según su exposición que la pediría sin deshuesar.


Bien... y ¿quién castiga o mata a los que matan a estos condenados a muerte?

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