Corría el año 2.012, había una antigua iglesia en una pequeña localidad de Checoslovaquia, construida en el siglo XIV, su estado era lamentable, a pesar de que fue declarada monumento nacional en 1.958.
La iglesia de San Jorge, fue construida en el año 1.352, tenía un órgano de tubos y una enorme campana, pero del monumento original no quedaba gran cosa, pues ardió en 1.796 y sobrevivió sólo la bóveda principal y algo de la sacristía.
En el 1.800 fue reconstruida al estilo neo-gótico y restaurada por última vez en 1.858. Sufrió dos saqueos en los que robaron casi todo el mobiliario, incluso la estatua de San Jorge a tamaño natural que estaba en uno de los altares.
Vista general desde el púlpito:
En la primera guerra mundial, se llevaron 3 campanas que fueron instaladas durante la reconstrucción, dos en la torre y una en el santuario. Acabaron siendo fundidas y convertidas en munición.
Logró sobrevivir la capilla a dos guerras mundiales, pero no a la era soviética, pues en 1.968 el techo se vino abajo mientras se celebraba un funeral y a partir de ahí fue abandonada tanto por vecinos, como por autoridades, (ya se sabe que los comunistas no son muy amantes de los templos religiosos).
Los feligreses fantasma:
Desde el 2.012 la iglesia se estuvo viniendo abajo, hasta que a un estudiante de bellas artes, Jakub Hadrava (nombre de actor turco), le preguntaron si tenía alguna idea para atraer visitantes y se le ocurrió realizar su "tesis" instalando a 32 feligreses fantasma en los bancos de la iglesia y en los pasillos.
Las figuras son formas realizadas con yeso, no son estatuas, pero al ser cubiertas con sábanas blancas, parecen una figura humana, aparentando ser una congregación fantasmagórica atrapada en un sepelio eterno.
La bancada lateral izquierda, vista desde el pasillo central:
Jakub dijo que con su obra, quería recordar a la gente que esta iglesia tenía una historia; también quería expresar que el deterioro de los templos es paralelo al deterioro moral de la gente.
Según el autor, las estatuas representan a los alemanes de los Sudetes que asistían a misa en esta parroquia antes de la Segunda Gran Guerra. En 1.945, cuando cayó el tercer Reich, fueron expulsados del país.
En la bancada derecha es dónde hay mayor aforo de figuras:
Como resultado, hay una estampa bastante tétrica y por la noche más aún, lo que empezó a atraer visitantes de todo el mundo.
Tras su éxito inicial, se estableció una donación voluntaria por acceder a la capilla, recaudando 100.000 coronas al principio, (unos 4.000€). Con este dinero se inició la restauración de la iglesia, empezando por el techo, que era la partes más acuciante.
El altar totalmente saqueado:
Tras la restauración volvió a celebrarse misa dentro de la iglesia, así que en la ceremonia, los asistentes se sientan entre estatua y estatua.
La idea de las figuras cubiertas con sábanas, también ha inspirado escenas en películas de terror.
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