Ana Rosa Quintana planificando el asesinato de un juez.-

Lo más light que hemos visto es cómo Ana Rosa y Eduardo Inda participan en una conversación donde se planea desacreditar a un juez incómodo usando pruebas falsas.

Risas, planes detallados y comentarios de respaldo en un material que nunca se presentó en el caso, al ser considerado "secreto de Estado" (los favores se pagan).

(Peritajes que confirman la autenticidad; que nadie diga que fueron generados con IA)

Nota: Carretera de La Coruña = CNI.

Aquí el audio:

Putos macarras chulitos de playa... estamos rodeados de sicarios

Así de corrupta tenemos a la clase política, jueces y ahora prensa. ¿Y a los ciudadanos quien los protege?

Son joyitas de la política putrefacción corrupta de auténticos chorizos.

Unas personas hablando de un juez que se van a quitar de en medio, la voz cantante la lleva Villarejo. Los otros son cómplices porque debaten con él. 

Los pocos segundos de audio ya son mucho.

¿Os acordáis del caso Villarejo? Aquí os dejo un resumen para quién no lo sepa:

El "Caso Villarejo", ese culebrón nacional que nos demuestra, una vez más, que en España el "todo por la Patria" significa "todo por la cuenta bancaria". Aquí tenemos a José Manuel Villarejo, el comisario que parecía más interesado en las tramas de espionaje estilo James Bond que en hacer cumplir la ley. Bueno, hacer cumplir la ley... depende para quién, claro.

Villarejo era ese tipo de funcionario que todos soñamos con tener: el hombre que trabajaba en la sombra, pero con la sutileza de un elefante en una tienda de cristales. 

Con una carrera de décadas en la Policía Nacional, este hombre no solo acumulaba años de servicio, sino también horas y horas de grabaciones comprometedoras de medio país. Porque, claro, lo de grabar conversaciones privadas era su pasatiempo favorito. Y luego dicen que no fomentamos la cultura del ocio en este país.

Pero, no hay que ser malpensados. Que Villarejo tuviera su propia empresa dedicada a... bueno, a “solucionar problemas” para los poderosos, no era nada sospechoso, ¿verdad? Era simplemente un hombre muy emprendedor. 

Si alguna vez necesitabas que un rival empresarial desapareciera del mapa o que una conversación comprometedora se filtrara a la prensa, él era tu hombre. 

Y todo ello sin descuidar su verdadera vocación: ser el "Robin Hood" de los secretos sucios, pero en vez de robar a los ricos para dar a los pobres, prefería robarles las grabaciones para mantenerlos bien controlados.

El Caso Villarejo desveló lo que todos ya sabíamos, pero nadie quería admitir: que en los pasillos del poder, la corrupción es casi un deporte nacional. Políticos, empresarios, jueces... todos ellos compartían una única cosa en común: el miedo a que Villarejo encendiera una grabadora en sus reuniones. 

Porque en España, si no hay una grabación clandestina de por medio, ni siquiera es una verdadera conspiración.

Lo más divertido de todo esto es que, a pesar de lo escandaloso del asunto, muchos de los implicados siguen tan campantes. Como si el Caso Villarejo fuera simplemente un malentendido, o peor, una broma de mal gusto. 

Porque en este país, cuando se destapan casos de corrupción, lo único que realmente sorprende es lo poco que nos sorprende.

Al final, lo de Villarejo es casi entrañable: un hombre que nos recuerda que en este país, la justicia no solo es ciega, sino que también parece tener problemas de audición.

• ¡Qué tiempos aquellos cuando te atracaban en castellano!