Los errores que nos llevan a no controlar debidamente la economía es que estamos seguros de administrar nuestros ingresos y creemos que saber ahorrar es algo innato, un conocimiento ya adquirido y que nacemos con él. Y esto no es verdad.
Tenemos un modo de comportarnos con respecto al dinero, por lo que nos han ido contando desde niños, como por los hábitos de consumo que hemos observado durante nuestro crecimiento.
Por todos estos motivos, si no logramos ahorrar nada cuando llega finales de mes, es cuando sabemos que necesitamos aprender a ahorrar, hecho que puedes lograr siguiendo determinados pasos.
Por todos estos motivos, si no logramos ahorrar nada cuando llega finales de mes, es cuando sabemos que necesitamos aprender a ahorrar, hecho que puedes lograr siguiendo determinados pasos.
Lo primero que deberías de hacer es marcar cuales son tus patrones de consumo, cuánto gastas y en que productos. Vete anotando durante un mes todos los gastos que vayas realizando, para saber exactamente en que es en lo que te lo gastas. Este paso es muy necesario, ya que no sólo aprenderás sabrás en que te gastas los dineros mayormente, si no que también aprenderás a ahorrar.
Una vez que los hayas determinado cuales son tus hábitos, tienes que pensar y decidir si esos gastos son realmente necesarios o si puedes prescindir o quitar alguno de ellos, aquí también se incluyen los pequeños gastos, que aunque no se les de mucha importancia, al cabo del mes pueden suponer un gasto importante. Debes examinar igualmente aquellos gastos que necesites, como el teléfono o el Internet e ir pensando si te puedes cambiar a una compañía más económica.
Los préstamos y las tarjetas de créditos suponen gastos que no acaban nunca, mes tras mes y encima nos cobran un interés bastante alto. Racionaliza en todo lo que puedas su uso y pon todos los medios que tengas a tu alcance para para ir pagando todas tus deudas. De esta manera, tus ingresos seguro que aumentan.
Siempre que vayas a adquirir un artículo que no sea de primera necesidad, piensa si lo necestias realmente. Así evitarás acumular películas, ropa, juegos o cualquier otra cosa que seguro que ya ni nos coge en la casa y que la vamos a utilizar muy poco. Por supuesto que puedes darte un capricho de vez en cuando, pero teniendo siempre presentes tus ingresos y los dineros que cuentas para el capricho en cuestión.
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