Jesulín de Ubrique vuelve al ruedo

Las vanguardias se han convertido ahora en vanguardias de masas, en lineas de fuerza que atraviesan grandes estratos sociales, modificando su vida y su imaginación.Es, por tanto, en Estados Unidos, donde comenzó todo. En su punto más alto de desarrollo, como es natural, porque sólo la anatomía del hombre explica la del mono. Con gran rapidez, el movimiento atraviesa de nuevo el Atlántico. En Europa, el choque de la nueva esperanza contra las estructuras momificadas del movimiento obrero tradicional resulta durísimo. 

Por consiguiente, aquí, el movimiento mundial de protesta se ve obligado, en una primera fase, a identificarse sólo con una parte del potencial social subversivo, con el tema estudiantil. A través de él, interpreta la crisis de cometido social que el capitalismo maduro determina en la «intelligentsia», reduciéndola, por una parte, a pura mano de obra funcional para la nueva naturaleza de la acumulación, y pidiéndole, por otra parte, su adhesión activa a los valores de la clase dominante.La diversidad y el choque de la vieja realidad organizada de la clase obrera y el nuevo tema intelectual resultáis durísimos. 

Pero, ¿quién iba a vencer sino la vida? En Berlín y en toda Alemania, el movimiento estudiantil arraiga en la sociedad, descartando los valores autoritarios de la tradición germánica, imponiendo una primera autocrítica del pasado, real y profunda, y constituyendo modos de vida alternativos. 

En París, el choque que se produce entre los sindicatos y los partidos de la tercera internacional concluye una vivencia histórica que desde siempre había separado el marxismo dogmático del crítico y libertario: el comunismo de las masas es vivido como actualidad de la utopía -y la derrota del movimiento no eliminará el avance irreversible que se había producido en las conciencias.«La imaginación al poder» sigue siendo una consigna incancelable, se había creado una nueva Comuna de París.