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Bondad con los animales.


También queda por ver cómo reaccionará el pequeño Perot a lo que aún tiene que salir a la luz este mes. Un hombre extremadamente colérico, Perot es incapaz de soportar ningún tipo de criticismo. Defectos, parece, no le faltan. Como la manía de contratar a investigadores privados para que fisgonear en las vidas de los se cruzan en su camino. «Podemos arreglar todo», dijo el hombre que se ha ganado el apodo de «Mr. Fix-It» por su absoluta convicción de que, queriendo, los norteamericanos pueden conseguir la luna. Como, por ejemplo, equilibrar el presupuesto federal y pagar la deuda externa en un plazo de cinco años, dos de los aspectos más destacados de su programa económico. Situar al multimillonario Ross Perot en un lugar concreto del difuso espectro ideológico norteamericano resulta bastante complicado. 

Relativamente liberal en materia de política social, Perot es un acérrimo conservador en el terreno económico. El segundo gran acontecimiento de esta semana, además del anuncio de Perot, ha sido el establecimiento de los importantísimos debates televisados. Este viernes, republicanos y demócratas parece que se han puesto de acuerdo y han establecido las fechas. En principio, parece que George Bush y Bill Clinton se enfrentarán los días 11, 15 y 19 de octubre. Los candidatos vicepresidenciales, Dan Quayle y Al Gore, lo harían el día 13. Fijar las fechas les ha costado casi un mes de acusaciones, en especial por parte de Clinton. El presidente se negó en dos ocasiones a debatir con su rival, lo que hizo que los seguidores de Clinton lo bautizaran con el nombre de «Pollo Jorge.» Queda aún por ver si y cómo va a participar el «tercer hombre». Tanto el presidente Bush como el gobernador demócrata Clinton han dicho que aceptarán con gusto la presencia del independiente. Pero la Comisión Presidencial ha de considerar si Perot cumple los criterios necesarios para intervenir en los encuentros. 

Esto es, que tenga posibilidades reales de ser elegido presidente. Otra pregunta que se plantea es cómo va a influir la actitud de Perot en la marcha de los debates. El autoritario tejano volvió a insistir ayer que sólo contestará a las preguntas que él considere relevantes para el pueblo americano. Los debates, que fueron vistos en 1988 por 60 millones de norteamericanos, cierran ese largo proceso que comenzó el pasado febrero con 1 as primarias de New Hampshire. El 1789, EL presidente George Washington no tuvo que quitarse ni siquiera la peluca para impresionar a sus conciudadanos. Hoy en día, la forma de mover las manos, la seguridad, la voz, el maquillaje, juegan un papel enorme a la hora de determinar al vencedor. Hasta el último momento, y como viene sucediendo desde que la televisión pasó a ser la gran protagonista de las elecciones norteamericanas, serán cuestiones superficiales las que contribuirán en la decisión sobre la identidad de ese 42 Comandante en Jefe.

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