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Viviendo una vida plena mientras lidiamos con el cáncer

Sé que no estoy solo cuando digo que recibir un diagnóstico de cáncer en etapa IV está cambiando la vida de todas las formas imaginables. Lidiar con la enfermedad y enfrentar los pensamientos de muerte ha sido, sin lugar a dudas, mi mayor desafío en la vida. Pero a pesar de lo que mucha gente siente que es el final de la vida tal como la conocen, he encontrado múltiples formas de vivir cada día con poder y con un nivel de gratitud que me permite deleitarme con el milagro que es mi cuerpo humano, y lo he hecho. Esto desde hace una década con cáncer en etapa IV. Quiero compartir con ustedes algunas de las cosas que he aprendido acerca de vivir una vida plena al sobrellevar el cáncer.


Primero, la mente es uno de los poderes más fuertes y útiles que poseemos. Los pensamientos que pasan por nuestras mentes son responsables de todo lo que sucede en nuestras vidas. Debido a que nuestros pensamientos predominantes influyen en nuestro comportamiento y actitud, así como también controlan nuestras acciones y reacciones, el cuerpo creerá cualquier cosa que la mente le diga. Con esto en mente, comienzo cada mañana con una simple oración de gratitud: Pongo mi pie izquierdo en el suelo y digo "Gracias", luego pongo el pie derecho hacia abajo y digo "Tú". Luego digo: "Tengo confianza". y la fe en Dios y en las entidades de amor y luz. Reconozco el espíritu divino desde lo más profundo. Soy todo poderoso, todo lo sé, soy ilimitado ”. Esto me permite sentir que nada es imposible, y que lo divino está siempre conmigo, deseando lo mejor para mí.

También he encontrado que recitar afirmaciones que confirman mi bienestar y tranquilidad durante diez a quince minutos cada día ha sido una herramienta tremenda. Recomiendo comenzar cada afirmación o mantra con las palabras "Yo soy". En mi situación, confirmo que estoy sano, fuerte y libre de cáncer. También reconozco que cada célula de mi cuerpo combate cualquier cosa que no sea buena. Declaro que mi sistema inmunológico es óptimo y que estoy agradecido por todo lo que es bueno en mi vida. Afirmo que atraigo todo lo que es positivo, y que creo y sé que es verdad que los pensamientos se convierten en palabras y las palabras se convierten en realidades.

Beneficios de tener un perro
Foto de Xan Griffin en Unsplash
Otra acción que he adoptado es disfrutar verdaderamente de las cosas simples, como acariciar y amar a mi perro, ver una puesta de sol o caminar por la playa. También me mimo con placeres que me brindan alegría, felicidad y comodidad, como una manicura ocasional, un masaje o incluso simplemente mirar películas. Interiorizo ​​la alegría de estos momentos en lugar de ocuparme de pensamientos sobre cosas que tengo que hacer, o inundar mi mente con preocupaciones como lo hubiera hecho en el pasado. Al disminuir mi ritmo y saborear cada evento, puedo apreciar sinceramente todo lo que es maravilloso en mi vida. Mientras lo hago, expreso al universo que estoy agradecido, y creo que devuelve más cosas por las que estar agradecido.

Físicamente, encuentro que tengo más energía cuando participo en actividades como nadar, hacer ejercicio y caminar; Estos tipos de esfuerzo no solo me ayudan a mantenerme fuerte, sino que también me hacen sentir bien y mantienen mis músculos tonificados. Todos sabemos que un poco de ejercicio todos los días es bueno para la mente, el cuerpo y el alma; mejora nuestras posibilidades de sentirnos mejor, disminuir la fatiga y el estrés. Ciertamente he encontrado que esto es cierto. Además, practico una buena nutrición: comer limpio, sin azúcar y, en su mayoría, orgánico.

Por último, sé lo importante que es para nuestra longevidad tener cosas que esperar. Por esta razón, me enfoco no solo en el presente, sino que sigo soñando con mi futuro. Miro más allá de mi tratamiento y pienso en lo que puedo hacer para mantenerme saludable, y me resulta útil establecer metas para tener algo concreto en el que trabajar: cada semana, cada año y en el futuro. Cuando las personas fueron testigos de cómo estaba prosperando con el cáncer en estadio IV, me animaron a compartir cómo lo estaba haciendo. Pero había mucho más en mi historia que solo un diagnóstico de cáncer, por lo que uno de los objetivos que me propuse fue escribir un libro de memorias que esperaba inspirara a otros, no solo a aquellos con cáncer, sino a aquellos que han soportado una multitud de personas. Retos, posiblemente similares a los míos.

Boy Dreamer se lanza este otoño y relata mi historia de ser un niño pequeño que se enfrentó a múltiples adversidades, incluido el hecho de estar en un hogar de acogida abusivo a la edad de cinco años. Cuando aprendí maneras de escapar de la crueldad que mis padres adoptivos me infligieron, también encontré formas de escapar mentalmente soñando con una vida mejor. Este enfoque en soñar en grande se convirtió en una herramienta que utilicé a medida que crecía, una que me ayudó a enfrentar varios desafíos distintos que me dieron forma: abandono, problemas de identidad sexual, pérdida, tragedia, cepillado con la muerte y, eventualmente, cáncer.

Con el uso de mi imaginación, pude crear un sistema de creencias basado en la idea de que si crees lo suficiente en algo y abrazas el conocimiento y la comprensión de lo que deseas, puedes lograr los objetivos que te propongas. Este sistema de creencias, junto con un inquebrantable sentido de la esperanza, puede aplicarse a cualquier cosa en la vida, sin duda a cualquier sueño que pueda imaginar, y sin duda a prosperar y sobrevivir al cáncer. Soy la prueba viviente.

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