Dale a SEGUIR, para que siga poniendo series turcas 🔻

El golpe de efecto de Ellen DeGeneres

A efectos de la masa global, estos Oscar no serán recordados ni por los 12 años de esclavitud de Steve McQueen ni por la brillantez flotante del ejercicio cinematográfico de Alfonso Cuarón en Gravity. La era de las redes sociales se impone cada vez con más fuerza a golpe de galas de este corte, y por eso en la mañana posterior se habló más de ese tan traído selfie que de otra cosa. 

Ellen DeGeneres dio en el clavo con su idea, haciendo un uso brillante de su Samsung blanco para contagiar a la audiencia con el planteamiento, enviando al ciberespacio una foto con cuanto famoso pudo encajar en el cuadro de su móvil.

En una imagen más que poblada, logró reunir a Meryl Streep, Brad Pitt, Kevin Spacey, Jennifer Lawrence, Jared Leto y un largo etcétera, suficientemente atractivo como generar atención. Y la audiencia respondió, porque el récord de retuits a través de su cuenta de Twitter fue apabullante, más de 2,7 millones en menos de 24 horas, superando la anterior marca, en poder del mismísimo presidente Barack Obama.

Fue un golpe de efecto que la ayudó a corregir un mal comienzo como presentadora de los Oscar en su segundo intento. Su cadencia de chistes inicial no fue todo lo fluida que se esperaba, arremetiendo con excesiva dureza contra Liza Minnelli por su aspecto excesivamente varonil. La cantante no encajó demasiado bien el golpe y la audiencia tampoco, generando críticas de inmediato en un internet siempre ojo avizor.

Eso y la idea de traer pizzas. A DeGeneres le dio por preguntar si sus estrellas tenían hambre y un rato más tarde hizo pasar a un repartidor de un restaurante cercano, Big Mama’s & Papa’s, creando una especie de caos divertido, con Meryl Streep, Harrison Ford o Brad Pitt apuntándose a una ronda de pepperoni. Y además les hizo pagar por el encargo, soltando billetes de 100 dólares sin reparo, una tremenda propina que el repartidor, a buen seguro, no olvidará en toda su vida.

Del resto, se recordarán las lágrimas de Lupita Nyong’o, ganadora de un Oscar como Mejor Actriz Secundaria y despuntando toda la noche con su vestido azul de Prada, inspirado en las calles de su adorado Nairobi. O el desparpajo de Jared Leto a la hora de recibir su galardón, tan emocionado que propuso organizar una orgía en plena sala de prensa. Otra vez será.

Comentarios