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Una crisis en Barcelona

La decisión de la junta directiva del Barcelona de establecer una cuota especial para sus socios en la actual temporada ha levantado una gran polémica entre la masa social del club.

Esa decisión se tomó en una asamblea celebrada el pasado mes de julio que ha sido impugnada por Sixto Cambra, candidato opositor de Núñez en las últimas elecciones, y cuyos acuerdos podrían ser declarados ilegales. La directiva no ha tenido más remedio que salir al paso de los comentarios por medio de una nota pública en la que intenta clarificar algunos extremos de esa asamblea. Al margen de esta defensa, lo cierto es que numerosos indicios apuntan a que el veredicto definitivo puede ser favorable a Cambra. Si así ocurriera y se declarara ilegal el acuerdo de la asamblea sobre el aumento de cuotas, la entidad debería empezar a devolver a sus abonados el dinero de más que éstos han pagado.

En su nota, el Barcelona hace hincapié en que la decisión de establecer una cuota para la temporada actual fue tomada por mayoría. Según la nota «esa cuota tenía por objeto enmendar algunos desfases que se producen en muchas secciones y que hasta el momento hubieran podido incidir negativamente en la actividad principal del club, que es el fútbol». «El importe de esta cuota especial», prosigue, «concretamente de 4.000 pesetas, se fijó de acuerdo con la filosofía del club de gravar minimamente al socio, pero también ante la necesidad, por un lado, de reequilibrar los ingresos ordinarios con los atípicos en el presupuesto del club y en segundo lugar, actualizar los ingresos precedentes que desde el año 1978 crecieron por debajo de la inflación». Pese a esta cuota especial, la directiva considera que el club mantiene los ingresos provenientes de los socios entre los más bajos de Europa.

Y todo ello, manteniendo una amplia actividad social y varias secciones deportivas que compiten cada temporada. Núñez y compañía insisten además en las ventajas ya existentes para el socio como la no celebración de las jornadas económicas, la entrada gratuita a los partidos de Copa del Rey y el libre acceso a los partidos del fútbol base y del Barcelona Atlético. La júnta considera que la cuota ofrece además ventajas como el derecho para los socios de acudir a los partidos de Copa de Europa, Supercopa, balonmano y hockey sobre patines. El club ha manifestado igualmente que la cuota está siendo cobrada a los socios en el momento de retirar el carnet y a cambio de un recibo oficial en el que se especifica claramente el concepto: cuota especial 198990, con fecha y constancia de cobro de IVA.

Se insiste además en que ésta fue una decisión del órgano de máxima representación del club, la Junta de Socios Compromisarios, que había sido informada debidamente del tema.Logicamente, en la nota del Barcelona se lanza una andanada contra los opositores liderados por Sixto Cambra, al indicar que «el club mantiene su confianza en que todos los socios sepan rechazar, por interesadas y desestabilizadoras aquellas versiones que intentan sembrar la inquietud ante la cuota o que intentan negar su plena justificación». El problema es que ahora la directiva quiere hacer pasar por una derrama ese aumento de cuotas. De ahí que muchos socios quedaran perplejos cuando se acercaron a las taquillas del Camp Nou para renovar sus carnets se enconmtaron con que debían abonar las 9200 pesetas que cueta cada carnet y además las otras 4000 en concepto de cuota de ayuda.

Las airadas protestas de los socios llegaron al extremo de que muchos consideraron la medida como un timo. El motivo de que ahora se quiera cobrar como derrama es esa impugnación de Cambra ante los tribunales. Cambra alegó en su día que un aumento de cuotas sólo podía ser aprobado por una Asamblea Extraordinaria, mientras que fue la junta general de compromisarios la que aprobó tal medida. Ante la posibilidad, muy factible, de que se deba devolver el dinero a los socios, el portavoz de la directiva azulgrana, José María Antrás comentó que se podría convocar en breve una nueva asamblea para refrendar el acuerdo.

En cualquier caso José Luis Núñez y los miembros de su directiva están metidos en un gran aprieto. Su propuesta del 14 de julio ni siquiera figuraba en el orden del día y meses más tarde se ha intentado cambiar su sentido. Todo un lío que se confirma con el hecho de que de los 3565 compromisarios que forman la Asamblea, solo asistieron 414 y de ellos, unicamente 206 prestaron su apoyo al aumento de cuotas.

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