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Cuales son los autres de moda

En cierto modo, 1989 puede ser considerado el año de Wally. Porque si el popular ¿Dónde está Wally? se editó el año pasado y hace bastantes meses que superó la cifra de ventas de cien mil ejemplares, ha sido en 1989 donde se ha visto la repercusión y el «fenómeno Wally» en España. ¿Dón de está Wally? ha encabezado la lista de los libros más vendidos de 1989 en el apartado de literatura infantil y juvenil, y el personaje de Wally -o un actor disfrazado al wallyco modo- ha estado presente, en carne viva y con voz propia, en los acontecimientos infantiles del año: desde la Feria del Libro al Salón del Libro Infantil, que todavía puede visitarse en la Casa de Vacas del Retiro.

Y por si esto fuera poco, Ediciones B lanzó este otoño ¿Dónde está Wally ahora?, en el que el famoso personaje hace un recorrido por las diversas «aglomeraciones» históricas. Los éxitos siempre traen secuelas. Por eso, siguiendo con la misma idea de Wally, Dolores Mayorga dibujó David juega al escondite en la ciudad (Planeta), una versión a la española y mucho más simple, pero que también resulta entretenida.

Tras la masiva demanda de estos libros -curiosamente, sin texto, los otros dos triunfadores en las listas de ventas han sido El pequeño Nicolás, de Gosciny -el autor de Asterix- y Sempé, que Alfaguara editó en 1985 y que desde entonces se ha vendido continua y aceleradamente. El pequeño Nicolás y los otros cuatro títulos de la serie, son ya un clásico y una de las lecturas más gratificantes que se pueden hacer. La serie de El pequeño vampiro (Alfaguara), de Angela Sommer-Bodenburg ha gozado también de la atención constante de los lectores, sobre todo a partir de su versión televisiva. Los dos últimos libros han sido El pequeño vampiro y el gran amor y El pequeño vampiro en peligro. Una lectura sencilla, cotidiana, con un punto de ingenio, otro de terror y otro de humor.

Entrando en el apartado de libros de autores españoles -cuya calidad media asciende, pero sigue siendo sensiblemente inferior a la de otros países con más tradición- hay que resaltar a dos escritores que han estado de moda este año por sus importantes galardones: Soledad Puértolas y Bernardo Atxaga.

Ambos, al margen de su producción para adultos, han publicado libros para los más jóvenes. Soledad Puértolas, El recorrido de los animales (Alfaguara) y Bernardo Atxaga, Nikolasa: aventuras y locuras y Ramuntxo detective, los dos en Ediciones B e ilustrados por Juan Carlos Eguillor y en una línea del «nonsense» que parece ser más afín a los autores españoles del norte. Otros dos sólidos valores de la literatura española han continuado este año con su producción juvenil. Robert Saladrigas, con su serie El viaje prodigioso de Ferrán Piñol y José María Merino, que cerró su trilogía sobre el joven mestizo Miguel Villacé Yolotl y su aventura indiana, iniciada en El oro de los sueños y que concluye con Las lágrimas del sol (Alfaguara).

Dos autores catalanes de novela negra, pero de muy distinto calibre, se han abierto este año al público juvenil: Andreu Martín, con Elpozo de los mil demonios y No pidas sardinas fuera de temporada (Alfaguara) y Pedro Casals, con la serie -cinco títulos ya- de Las aventuras de Hector(Planeta), muy en la línea de Los cinco. Si la intriga de Andreu Martin tiene a veces toques esotéricos, Juan Manuel Gisbert, con su nuevo libro La mansión de los abismos (Austral), sigue fiel a sus obsesiones sobre los poderes ocultos, los mundos insólitos y el peso de la mente y la imaginación, aunque El misterio de la isla de Tokland (Austral) sea su novela más solicitada.

El mundo de la literatura infantil y juvenil en España sigue siendo un mundo en expansión con continuos nacimientos de colecciones o de editoriales que se apuntan también a este tipo de literatura. Este año han nacido bastantes colecciones. Recordemos algunas: El gran encuentro, sobre temas del Descubrimiento de América y Los duros del Barco de Vapor -para los más pequeños-, ambos en SM. En Plaza Janés, una lujosa colección de clásicos de aventuras con títulos como Robinson Crusoe o La isla del tesoro y Viajes a través de la historia del mundo, una colección que nos muestra la vida cotidiana en el pasado lejano: La Roma de los Césares, La China de los emperadores manchúes...

Plaza Janés ha sido quizás la editorial que más libros ha publicado este año para niños y jóvenes y la que ha lanzado mayor número de colecciones. Entre ellas, no hay que olvidarse de la serie de Mi pequeño pony, que con colores fosforescentes y tras su éxito televisivo, ha gozado de todo el entusiasmo de los más pequeños. Ediciones Libertarias estrenó su colección Siempreviva que intenta recuperar valiosos libros- ya sea por su edición o por su ilustración- del pasado siglo, y asi nos ofrece un facsimil deLibro de juegos, de Kate Greenaway, cien años después de su primera edición; la delicia de Adivina el alfabeto, con todo el sabor antiguo de sus imágenes y las ilustraciones de Arthur Rackam en La leyenda de Sleepy Hollow, de Washington Irving. Ediciones B, que con tanto interés se ha dedicado a los lectores jóvenes, intenta acercar el mundo plástico y poético de algunos pintores contemporáneos en su nueva colección Pequeña galería.

En ella, el ilustrador Rigo (Martín Martinez Navarro) crea un mundo de imágenes «al estilo de...» Joan Miró, Paul Klee o Marc Chagall, mientras que Ricardo Alcántara escribe las historias. Aunque quizás lo más destacado en cuanto a nuevas colecciones haya sido la Biblioteca Visual de Altea, premiada internacionalmente, un intento serio, científico y muy práctico de aproximarnos a la naturaleza. La calidad de sus imágenes fotográficas y la síntesis de sus textos supone un esfuerzo que hay que reconocer. El pájaro y su nido, El río y la laguna, De la oruga a la mariposa, son los primeros títulos de esta serie, que realmente crea afición.

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