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En Opel no echarán al personal

El consejo de vigilancia de Opel aprobó ayer el plan de saneamiento diseñado por la empresa para salir de los números rojos y alcanzar una «senda de rentabilidad sostenible». 

El documento presentado por el consejero delegado de Opel, Karl-Friedrich Stracke, y bendecido por el vicepresidente de GM y presidente del consejo de vigilancia de Opel, Stephen Girsky, plantea una estrategia integral. Pero, por el momento, descarta el cierre de plantas o la reducción de plantillas. 

Cuando GM Europa adelantó, a mediados de mes, el grueso de las medidas, lo que planteó a los sindicatos fue no realizar despidos hasta 2016 y congelar salarios en Alemania. Asimismo planteó el cierre de la factoría de Bochum, en la que no tiene previsto realizar nuevas inversiones una vez se cumpla el ciclo de vida del actual Zafira Tourer, previsto para el año 2018. 

Aunque Opel sólo avanzó ayer las líneas generales sobre las que basará su recuperación, éstas insisten en la necesidad de revisar la estrategia de la marca y contemplan un ambicioso plan de producto para Opel/Vauxhall con 23 nuevos modelos hasta 2016. 

Uno de los puntos claves para el futuro de la división europea de GM -hay analistas que hablan de su última oportunidad- pasa por una mejora de la eficiencia en sus operaciones y la reducción de costes.

Tras haber registrado unas pérdidas acumuladas de unos 3.500 millones en los últimos años, esas medidas llevarán a maximizar la utilización de las factorías de Opel, que trabajarían para otras marcas y esto les permitiría operar con tres turnos. En este punto, Chevrolet aparece en todas las quinielas. 

GM también cuenta con aprovechar las sinergias de su alianza con PSA a través de una reducción de los costes de materiales y del desarrollo y producción de nuevos modelos. Por ejemplo, sólo con las compras conjuntas esperan ahorrarse unos 2.000 millones de dólares anuales a partir de 2016, que será cuando empiecen a aparecer los primeros modelos en común. 

PSA aportará la plataforma para los futuros coches pequeños, GM pondrá la de los de mayor tamaño. 
Esta intensa colaboración abre la puerta a que Opel fabrique también coches de Peugeot o Citroën. Todo apunta a que puede hacerlo en Rüsselsheim, que perderá el Opel Astra pero que produce el Insignia, cuya plataforma será la base de los sucesores de los actuales Citroën C5 y Peugeot 508. 
Tal posibilidad fue considerada esta misma semana como una «mera especulación» desde GM. 

Potenciar las exportaciones y aumentar su presencia en mercados como Rusia o China también son claves para el futuro de la compañía. De los 1,2 millones de vehículos vendidos por Opel/Vauxhall en 2011, apenas 19.000 fueron a países no europeos como Sudáfrica, China o Israel.

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