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Crisis con ecologismo

Menos presupuesto para trabajar pero más seguidores y gente interesada. Es la situación que encara un movimiento verde zarandeado por la crisis. La penuria económica del país ha hecho que baje el nivel de fondos públicos disponibles, pero, al mismo tiempo, crece el apoyo social a estas ONG. 

«En los últimos dos años no ha bajado el número de socios; por el contrario, hemos aumentado un poco y, además, han subido los grupos locales de nuestra red», dice José Vicente Barcia, de Ecologistas en Acción, una federación de grupos ecosociales de todo el país. Según Barcia, ahora mismo se dan dos tendencias «en colisión». Por un lado, «el poder usa la apisonadora de la crisis para abandonar los principios ambientales que ya se tenían»; y, por el otro, la sociedad «se está activando y moviendo» hacia planteamientos vitales más sostenibles. 

«La gente viene a vernos y nos dice que había una sensación de despilfarro; que no iba a ser sostenible lo que el poder proponía; que las vacas flacas tenían que llegar; que no era posible que pidieras una hipoteca del 70% y te dieran el 120%», afirma Barcia. Una sensación parecida tiene Lawrence Sudlow, secretario general de Amigos de la Tierra, la rama española de una ONG presente en 70 países: «La gente con el paro tiene problemas más cercanos, pero eso no impide que haya un movimiento ecologista fuerte o que incluso crezca. Porque la sociedad pide más medio ambiente y confía más en las ONG. La gente se mueve porque siente que no vale votar cada cuatro años, visto el resultado que tiene». 

En general, las ong verdes no han sufrido una desbandada de socios por la crisis y los han mantenido o crecido. Pero una cosa es tener seguidores y otra es que haya dinero para trabajar. Lawrence Sudlow admite que Amigos de la Tierra ha perdido ingresos y subvenciones y ha recortado su plantilla. Si la ONG capea el temporal es porque se nutre de voluntarios y del servicio altruista. El mismo Sudlow, como toda la junta directiva de la ONG, no cobra por su trabajo, pues así lo exigen los estatutos. Austeridad y entrega son valores que también señala Ecologistas en Acción como clave para salir bien parados del temporal económico. 

«Usamos mejor que nunca los recursos y hemos reforzado nuestra escrupulosa política de austeridad. Nos ayuda que el 90% o 95% del trabajo en Ecologistas en Acción es altruista. Estamos entre el movimiento social y la ong y tenemos gran cantidad de gente muy preparada que colabora y ofrece su trabajo para la asociación». 

Juan Carlos del Olmo, director ejecutivo en España de WWF completa el dibujo de una situación que ve preocupante: «Las asociaciones grandes tenemos un origen de fondos más diversificado. El problema grave lo están teniendo las pequeñas y medianas asociaciones locales o regionales, que eran muy dependientes de una caja de ahorros o una administración. Ahora corren peligro de desaparecer y no podemos permitirlo porque son una red que hace una labor fundamental», afirma. Todo ello, ocurre, dice Del Olmo, al mismo tiempo que «las administraciones públicas retroceden lo avanzado en los últimos 20 o 30 años y desmontan los departamentos ambientales». 

En ese sentido, Jorge Riechmann, profesor de Filosofía Moral de la Universidad Autónoma de Madrid y destacado pensador ambiental, considera que hay un gran contraste entre sociedad y Estado: «Llama la atención el acierto que ha tenido el movimiento ecologista desde los años 60 hasta ahora » en sus análisis y predicciones, «en comparación con el fracaso político» en ofrecer un modelo social y económico viable. Según Riechmann, desde los 70 la población se ha duplicado y el mundo ha emprendido una «intensificación del consumo y el productivismo que es un suicidio y nos lleva al abismo» porque los recursos del planeta son limitados. 

Lejos de reconocer el error, la política convencional sigue adelante.«La gente se pregunta qué es lo que no funciona y vive en esa sensación de que la fiesta se ha acabado. Empieza a asociar lo que está ocurriendo con la idea de que la Tierra y sus recursos son limitados y que no da abasto», explica Gerardo Báguena, de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos. Para Alejandro Sánchez, ex responsable de SEO/BirdLife embarcado en la plataforma electoral verde Equo, que lideró el antiguo director de Greenpeace Juantxo López de Uralde en las últimas elecciones generales, es eso lo que llevado al nacimiento de Equo, ya que la sociedad quiere salidas a un modelo fracasado. 

«Tuvimos sólo cuatro meses para preparar las elecciones, conseguimos miles de afiliados, nos presentamos en casi todas las provincias y fuimos la quinta fuerza más votada de las que tienen una propuesta estatal», pone Sánchez como ejemplo del tirón social de la plataforma Equo. Los verdes quieren tomar las riendas de una sociedad en quiebra, si es que antes la crisis no los marchita.

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