Victoria Beckham no quiere/puede tener más hijos
Si convenimos que todo premio es un accidente más en la carrera de cada poeta o poetisa, lo de Almudena Guzmán resulta todo un descalabro: debutó en la lírica, allá en el 81, con Poemas de Lida Sal, accésit del «Puerta del Sol», se llevó luego el «Altair», de Gijón, con La playa del olvido, y su posterior Usted, quedó finalista en el premio «Hiperion». Ahora, con El libro de Tamar, regresa laureada con el «Internacional de poesía Ciudad de Melilla, 1.988».
La autora, desde sus primeras tentativas hasta hoy, cada poemario que cierra es un premio y cada premio es una continuación de ese libro suyo inacabable, entre la infancia y la burla.. Almudena se repite, y en ello derrocha su apuesta, fiel a aquel aserto de Pavese que aconsejaba «ser brillantemente monocorde». Esta alevosía viene a refrendar tanto en su favor como en su contra.
Junto a versos de muy conmovedora factura: «estés donde estés, tricotes donde tricotes tus silencios de salvia», o «el bosque se agita en los ojos del ciervo», conviven otros mucho más débiles de juntura y lenguaje, que si bien prueban la alocada alusión a una infancia con televisión de por medio, desconciertan lo suyo, cuando menos, dentro de ese todo sugeridor, rubio, empenumbrado y niño que pretenden estos nuevos versos e incluso los anteriores de Almudena. El ser monocorde, y aún más el serlo brillantemente, propicia tales peligros, claro está. Pero sólo en el riesgo reside el reto de auténtico creador, y para eso no valen tibiezas.
Almudena Guzmán lo sabe, por eso reconvoca aquí al demoníaco angel de la infancia, que se le vuelve a aparecer en figura de novio, entre parques y pupitres, y a cuyo mundo de remembranza acude o no acude, pero poniendo siempre, a las ganas o a la protesta, una palabra de temblor y ternuras que es uno de los más altos hallazgos de su hacer. Mora así la misma voz que vive contándonos, en éste y otros libros, la infancia y, sobre todo, la adolescencia, con el pudor que preside el mundo, a tan poca edad. Este revela el impudor estilístico de Almudena, que goza de maldad global en la recreación de lo ingenuo, pecado al que es tan proclive la autora. Habrá que seguirla, a ver con qué insiste su memoria. Y desde luego, aunque no le den otro premio.
un buen cocido con garbanzos y carne le metia yo entre cuerpo y espalda carmen a mi tampoco me gustan las mujeres escoba imagino que adoptara el dinero ya sabes
ResponderEliminarpaco
holaaaa soy karla, te he empezado a leer hoy, tambien tengo un blog si quieres mas adelante si cogemos confianza nos intercambiamos messenguer y nos intercambiamos informacion porque tratamos los mismos temas
ResponderEliminarestoy casada y no tengo tiempo para recopilar informacion muchas veces
que comera esta mujer?? habia una dieta hace muchos años que consistia en unos cereales y se pusieron enfermisimas las modelos....... una bestialidad
ResponderEliminaresta tia fijo que hace burradas de esas
VIVAN LAS MUJERES CON CURVAS!!!!!
Un FAVOR.
ResponderEliminarHola carmen
Soy lector usual de tu blog y las descripciones del 2007 son lo que mas me gusta
Falta un documento que se llama "PERLAS" como el programa de la cocktelera que te lo ha confeccionado the lord pero ya no está
Podrías, por favor, volver a publicarlo??
Gracias, sino puede ser no pasa nada; pero estoy curioso, me gustaría verlas y reirme, seguro, porque tienes un don natural para divertirnos
A saber dónde están las perlas ya...
ResponderEliminarSi algún día rebuscando en los cd's pasados las encuentro, las pongo.
Si karla, es que la vida de casada es muy estresante, yo lo estuve una vez, ahora estoy viuda y con 4 churumbeles.
ResponderEliminarPor eso hoy no me ha dado tiempo a poner ni un post.
Gracias fans!!
Si. Esas perlas son una obra de arte... creo que yo tambien las tengo en algun sitio; ya mirare
ResponderEliminarsois unos enfermos para tener guardadas esas cosas
ResponderEliminarno os molesteis en responder, no lo leere