Jennifer Aniston se ha aumentado el pecho sin pasar por quirófano

Ha publicado dos libros de poesía: Recorrido de sombras y Memoria de la estación ausente, aunque considera que «no estamos viviendo una de las épocas más poéticas de la humanidad» y, en su faceta de ensayista, cabe destacar sus estudios sobre las figuras de Zurbarán y de María Zambrano. 

«Yo siempre ironizo que estoy muy marcado por la Z. Mi filósofo absoluto es Spinoza. Me he dedicado mucho a la obra de Zambiano. En literatura me ha interesado siempre Balzac y siempre he prestado atención a Nietszche», comenta. Los clásicos, la tragedia griega y, últimamente, la literatura centroeuropea: Ransmayer, Robert Walser, Kafka, Bernhard...dibujan el perfil de los gustos literarios del nuevo director del Centro de las Letras, al que le parece una obviedad citar a Cervantes y a Quevedo, entre sus preferencias, y que dice haber seguido de cerca las últimas hornadas de narradores españoles, aunque prefiere no citar nombres. - «Pienso que estamos atravesando por un momento prometedor e interesante. 

Y una de las cosas que más me atrae de este trabajo es poder colaborar en la difusión de nuestra narrativa, de nuestra poesía y ensayo». Le parece bueno que se esté publicando tanto; «el problema es que se lee poco y aquí la Dirección General del Libro tiene que actuar como incitadora de la lectura. Lo que pasa es que este es un problema cultural general y un tema complejo, que tiene mucho que ver con la educación». Para Moreno el lado positivo del momento actual es «la efervescencia de autores y los esfuerzos, tanto públicos como privados, para promoverlos». Pero se pregunta: «Hasta qué punto la alta cultura es mera producción, es mero esnobismo y hasta qué punto hay un interés estético verdadero, que de sentido a la vida». 

La respuesta puede convertirse en toda una disquisición filosófica. Algo a lo que Moreno es muy propenso. 

Disfruta hablando de filosofía y así llega a María Zambrano, una referencia indispensable en su vida. «En el terreno personal es una persona a la que yo quiero mucho; en el terreno intelectual hubo un primer momento de total acercamiento y, ahora, una postura más crítica con algunos aspectos de su obra, siempre apreciando su relevancia en el ámbito cultural y filosófico». El hombre y lo divino, concretamente dos capítulos, y la totalidad de Claros del bosque son, en su opinión, lo mejor de la Zambrano.