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Cuentos de princesa.


El año que dio a luz a su hijo pequeño, 1912, Helena Rubinstein sigue con su frenética actividad y abre su nueva Maison en París en el 255, rue St. Honoré. Vuelve a triunfar y la sociedad parisina más «chic» la adora y la cubre de francos. La llegada de la Primera Guerra Mundial tuerce los planes de la familia Titus que abandona París en 1914 para instalarse en Nueva York y abrir allí lo que sería el primer centro de belleza homónimo: «Salón de Beauté Helena Rubinstein», situado en West 49th Street, firma que se expandería rápidamente por los Estados Unidos. En Chicago, Boston y otras ciudades americanas muy importantes se van abriendo salones en los años sucesivos.

El esposo de Madame es un gran periodista y el verdadero inspirador de los primeros anuncios publicitarios, cuyas estrategias fueron innovadoras y acertadas. Helena Rubinstein no se ha olvidado de sus hermanas y las ha ido colocando en sus salones. Ceska sigue en Melbourne, Manka se ocupa del de Londres y Stella del de París. Pero no todo va bien en su vida porque precisamente su matrimonio está haciendo aguas desde hace tiempo. Madame sabe que Edward le es reiteradamente infiel. No hay solución y la pareja se separa en el año 17, Edward deja Nueva York y como la Gran Guerra ya ha terminado, vuelve a instalarse en París. Ella le sigue porque le ama. El tampoco ha dejado de quererla y juntos intentan revivir el matrimonio en un precioso apartamento de Montparnasse. Se juntan y se separan constantemente y no será hasta el año 1936 cuando Helena pida el divorcio del gran amor de su vida, padre de sus dos hijos.

El año 1917 es muy importante para la historia de la marca. Hasta ese momento los productos Valaze/Helena Rubinstein se podían adquirir únicamente en los salones de belleza o por correspondencia. Después de una larga reflexión, Madame se deja convencer por los grandes almacenes «City of París» de San Francisco, y «Halle Brothers» de Cleveland para que sus productos se vendan directamente al público. Este será el debut en una nueva política de distribución que se extenderá también a Europa a partir del año 1919 y que le hará ganar a la marca mucho dinero.

Comentarios

  1. Unm... seguro que la jefa de las hadas era una tal Bibi Aidó y se llevó a Lucía a su secta de feminazis antihombres. Fijo que el peso en la espalda era una mochila conteniendo el libro "hágase usted misma el aborto", un puñado de consoladores y un vídeo ilustrativo de "caigase por la escalera de tal forma que parezca una paliza de su marido". Seguro que las hadas feminazis pasaban el rato haciéndole putadas al Peter Pan de turno, seguro que arrancaron la mano que le quedaba al pobre del capitán garfio.

    En fin, cosas de hadas del siglo XXI.

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