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Que tiemble Zara


Los principios de internet, parece ahora tan lejanos... ande andará la castora?? Y sus fideos a la cazuela?? y su chacha??

Era el día de Navidad de 1872 cuando el matrimonio judío Rubinstein, él era un reconocido abogado de Cracovia (Polonia), tuvo a su primera hija, Helena. Los Rubinstein fueron bendecidos con siete hijas más: Pauline, Rosa, Regina, Stella, Ceska, Manka y Erna. Cuando Helena cumple los 19 años, sus padres deciden enviarla a Coleraine, un pequeño pueblo situado cerca de Melbourne (Australia), en donde vive su tío materno. Mamá Rubinstein le incluye en el equipaje un potingue para que se lo aplique en la cara cuando llegue a ese lejano país en donde el clima es bastante duro.

Helena se instala en casa de su tío y rápidamente surgen incompatibilidades, por lo que decide marcharse a Melbourne; mientras tanto su ungüento es un completo acierto y todas sus amigas y conocidas quieren que Helena les facilite la pomada milagrosa que convierte las pieles apagadas de sus rostros en cutis tersos y luminosos. Ese maravilloso invento era la crema «Valaze», una mina de oro que dio origen al mito Rubinstein.

Sobre la procedencia de la palabra «Valaze» existe cierta confusión, si se le preguntaba a ella la contestación era muy simple. «No significa nada, sólo es un bonito nombre», pero no parece una respuesta sincera porque el doctor químico Lykuwski, que fue su creador, era húngaro (aunque vivía en Polonia) y en esta lengua «valaze» quiere decir «Don del cielo», así que parece lógico que éste sea su verdadero significado. En 1902 se inaugura la «Maison de Beauté Valaze» en Melbourne, 274 Collins Street, en donde los negocios consisten en dos actividades muy precisas: los consejos de belleza y los tratamientos y masajes practicados por la mismísima Helena en su salón y las ventas de la «Crème Valaze», realizadas exclusivamente en Maison y -esta fórmula es el comienzo de su inmensa fortuna- por correo.

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